domingo, 26 de mayo de 2013

Capítulo 1.1 -El primer día

El sonido del despertador sonó mucho antes de lo que la figura de la cama hubiera deseado. Se movió hacia un lado con mala cara y se tapó hasta las orejas, como si de esa manera el sonido pudiera ser amortiguado... o quizá desapareciera por obra de gracia divina. Había decidido que no era buena idea poner la canción de ningún grupo que le gustara, porque sino terminaría odiándolo. Tras varios segundos del maldito sonido estridente, una mano fina apareció por fin y giró el móvil consiguiendo de esa manera unos segundos de paz.

Una paz momentánea, porque la puerta se abrió con ímpetu y haciendo casi  más ruido que el de la alarma.

—YunHee. —una voz masculina hizo que la figura de la cama se encogiera por un momento. —Es tiempo de que te levantes si queremos llegar a clase.



—Cinco minutos más. —imploró una fina voz de mujer.

—Levántate o tendré que traer a Taepoong.

Como si tuviera un resorte, la chica se incorporó de golpe en la cama. El cabello revuelto y oscuro caía como una cascada de seda negra hasta más allá de media espalda enmarcando el rostro pálido donde los ojos oscuros estaban más abiertos de lo normal.

—No serías capaz. —acusó mirando a su hermano. —Yunho, dime que no serías capaz de cumplir esa amenaza.

Pero la sonrisa de su hermano le indicó que iba en serio. Suspiró por un momento, contrariada, y se movió para levantarse de la cama mientras que su hermano se apoyaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados, mirándola. Un pequeño escalofrío la recorrió cuando posó los pies desnudos en el suelo y se incorporó por fin de la cama.

—Ahora bajo... ya has cumplido tu cometido. —la chica hizo un pequeño mohín. —Ahora déjame sola.

—Qué mal despertar que tienes, ¿eh?

—Yunho... —comenzó ella, pero no le hizo falta continuar.



Su hermano la sonrió de esa manera que sabía que haría latir a mil por hora cualquier corazón femenino y tras indicarla con la mirada que se diera prisa, se movió para cerrar la puerta de la habitación dejándola sola. La chica suspiró por un momento. Adoraba a su hermano mayor, pero todos sabían que sus despertares no eran precisamente los mejores. Menos cuando anticipaban el largo día que iba a tener por delante. Un día largo, aburrido, y que indicaba el inicio de un nuevo curso escolar. Tras un resoplido, comenzó a preparar las cosas y a sí misma.

~*~*~


¿Qué hora era ya? ¿Tercera? ¿cuarta? ¿la hora de la comida? No tenía ni la más remota idea. Solo sabía que para ser el primer día había tenido una mala suerte impresionante. Como cada día desde que hubiera entrado al instituto, había llegado con su hermano. Y como cada día, se habían separado en las puertas. No por nada, no porque fuera él popular y ella alguien que prefería mantenerse en el anonimato, sino porque los dos hermanos eran así. Eran independientes el uno del otro, aunque si se necesitaban eran los primeros en salir en “la defensa del otro”.

Aún recordaba hacía unos años, cuando ella tenía once, que se había metido en una pelea con un grupo de niñas que se habían pasado meses metiéndose con él. Y claro, su honorable hermano era demasiado bueno como para hacer nada. Sin embargo YunHee no lo era. Y utilizó todo lo que su padre, policía, le había enseñado. Se metió en problemas, por supuesto. Tuvo que quedarse castigada durante todas las tardes el resto de curso y disculparse públicamente con el grupo de niñas que habían terminado como si les hubieran metido en un saco con un gato salvaje: destrozadas, despeinadas y con muy pocas ganas de volver a meterse con YunHo.

El problema es que eran estúpidas y decidieron que si habían conseguido la primera vez pasar por las víctimas, podría haber una segunda y una tercera y una cuarta.

Así era como le había llegado la fama de rara, extraña, violenta incluso y de poco fiar. A veces conseguía meterse en más problemas de lo que sería normal en una persona y desde que Ji y ella se conocieran todo había ido a peor. O eso es lo que muchas veces parecía. En realidad era muy tranquila y vivía más metida en su propio mundo que en el resto. A veces se sorprendía que se diera cuenta de algunas cosas cuando ni siquiera prestaba atención.

Su mente siempre estaba llena de ideas para relatos. Es más, pocas personas lo sabían, pero escribía una novela en internet que iba subiendo de forma periódica. Era una de las razones por las que estaba tanto tiempo en el ciber de Ji y tan poco en su casa. En parte era porque así se había acostumbrado a trabajar y porque le gustaba estar rodeada de gente, pero también porque de esa manera podía estar con su mejor amiga.

Una mejor amiga a la que no había visto en todo el día y que llevaba semanas sin verse porque ella y Yunho habían pasado el verano en Mokpo. Resopló por un momento y eso le sirvió una mirada de advertencia de Lee Kwang Soo, su jefe de estudios, que era el que estaba vigilando que cumpliera su castigo.

—Señorita Jung, si tiene algo que decir, dígalo en voz alta.



Tuvo que esforzarse en sonreír y negar, antes de volver a centrarse en lo que tenía entre manos: limpiar uno de los jardines del instituto. El jefe de estudios no era precisamente la persona más querida en el instituto y parecía que tenía algo en contra de ella. A veces sentía que tenía sus ojos puestos en su nuca por si daba algún traspiés.

—Concéntrate, a ver si terminamos esto pronto.

La voz del chico hizo que le mirara y asintiera. Era nuevo, acababa de llegar ese año y se le había tenido que encontrar ella. Era raro como él solo, pero al mismo tiempo atractivo. Demasiado. Tenía una masculinidad inherente en un cuerpo estilizado. Esa belleza casi frágil que en solo algunos de ellos les podría quedar bien. Había sido todo por casualidad. Había llegado a tiempo, claro, Yunho era de esas personas que siempre llegaban pronto a todas partes y que le arrastraba con él, pero YunHee se había despistado y había terminado en ese mismo jardín.

Allí había sido donde se había encontrado con el chico tirado bajo un árbol leyendo. Todo muy normal, sino fuera porque el jefe de estudio había aparecido unos minutos después de que el timbre de la primera clase hubiera sonado. Heechul se hubiera podido salvar, a fin de cuentas era nuevo, pero ella no. Ni siquiera les había dejado tiempo para reaccionar y decir algo. Kwang Soo les había castigado limpiando todo aquello con la excusa de que se habían saltado las clases. Por lo que parecía, el chico tenía fama de problemático, además de raro, y de que lo habían ido echando de distintos institutos de Corea hasta que había terminado en este.

Genial.

Había sido el premio gordo para el jefe de estudios el encontrarlos juntos. Ni que estuvieran haciendo algo malo. YunHee se concentró en tirar otro papel en la bolsa de basura. A veces se preguntaba si la gente comía o se iba allí a pelear tirándose lo que llevaban de casa. Dio una patada a una lata y ésta rebotó rompiendo la tranquilidad.

—Jung. —la voz del jefe de estudios llegó de nuevo hasta ella. —Le recuerdo que está limpiando, no ensuciando todavía más. Si sigue así se va a tener que quedar todas las tardes del resto de la semana.

—Ya veo que le caes genial, ¿eh?

—Oh, cállate. —rezongó ella, concentrándose en lo que estaba haciendo.

Y no vio, claro, la sonrisa divertida del chico que consideraba que aquello era mucho más entretenido en su primer día de clase que el estar pendiente de clases que en realidad le importaban más bien poco. Era del tipo de personas que podría sacar las mejores notas con el mínimo esfuerzo. Lo que le daba un gran tiempo extra para poder hacer lo que quisiera, lo que muchas veces se traducía en meterse en problemas. No entendía del todo lo que había pasado, aunque la forma con la que arremetía el profesor con la chica que compartía el castigo con él le indicaba que era algo que venía de tiempo atrás.

Ni que hubieran estado incendiando papeleras o pintando paredes.

El sol hacía ya tiempo que había pasado su punto central en el cielo cuando Kwang Soo decidió que era tiempo de parar. Además ya no había mucho más que limpiar. Habían dejado el pequeño jardín impoluto. Le gustaba aquello, mostrar el poder que tenía, aunque fuera con pobres estudiantes. Y además aquellos dos eran de los que merecían que tuviera un ojo sobre ellos. Sabía que la aparente paz, solo podía significar que estaban preparando algún problema.

—Bien, ya podéis iros.

El chico y la chica se miraron y después miraron al hombre. Asintieron por un momento y se fueron hacia el lugar donde habían dejado sus cosas. YunHee tendría que ir a la sala que el grupo de baile habían tomado como su punto de referencia a buscar a su hermano. Cuando cogió el teléfono no pudo evitar hacer una mueca.

—Mierda. —susurró. —Hemos perdido toda la mañana, la hora de la comida y prácticamente toda la tarde.

—¿Tanto? —preguntó el chico mientras se colocaba bien la mochila. —A mi se me ha pasado rápido y ha sido bastante entretenido.

—¿Entretenido? —preguntó la morena frunciendo ligeramente el ceño mientras se dirigían hacia la salida. —¿Qué hay de entretenido en recoger basura?

—La compañía.



Y sin más, la dejó con la palabra en la boca mientras se alejaba en dirección contraria a la que ella tenía que tomar. Chasqueó la lengua y se movió en dirección hacia una de las alas del edificio principal. Por la hora seguramente estarían allí todos practicando. A ella le gustaba el ejercicio, más o menos, al menos había estado acostumbrada toda su vida a ello, pero lo de su hermano a veces terminaba siendo obsesión. Podía pasarse horas y horas entrenando hasta que la dichosa coreografía salía perfecta.

Se colocó la mochila al hombro y se encogió por un momento cuando su estómago protestó. Estaba claro que tenía hambre porque ni siquiera habían parado para comer algo rápido. Una vez dentro de los pasillos sus pasos la llevaron hasta una zona donde sabía que algo podría encontrar: al menos un refresco y una bolsa de algo para ir paliando el apetito. Igual conseguía convencer a YunHo para hacer una parada en el bar de enfrente del instituto donde seguramente podría comprar algo para comer o darle largas para poder llamar a Ji y verla.

La echaba de menos. Aquel verano había sido horrible porque solo se habían podido comunicar a base de mensajes por kakao y skype. Algún que otro mail, alguna llamada y poco más. No era lo mismo ni por asomos. Arrugó la nariz delante de la máquina hasta que dio con lo que quería: una bolsa de patatas fritas y un botellín de té helado. No le solían sentar nada bien las bebidas con gas.

Se detuvo para comerlo en unas de las escaleras, abrió el botellín y dio un trago dejándolo a sus pies. Si iba con aquello a donde su hermano seguramente le caería la bronca del siglo por no comer decentemente. Además pasaba de que se enterara que ya el primer día había estado castigada cuando no había hecho nada de nada. Tendría que preguntar a alguien de su curso qué era lo que habían estado haciendo.

—Fantástico. — susurró cuando al intentar abrir la bolsa de patatas a punto estuvo de tirarlas por todas las escaleras al dar el tirón con demasiada fuerza. —Simplemente fantástico.

—Gracias. —comentó alguien y unas piernas largas aparecieron en las escaleras hasta acomodarse a su lado en las escaleras. La chica alzó el rostro y se encontró con Heechul de nuevo.

—¿No te ibas?

—Sí, pero no tenía qué hacer. —tomó el botellín y dio un trago, haciendo una mueca. —¿Siempre tomas esto?

—Sí y es mío. —le contestó arrebatándoselo. —Si no te gusta hay una máquina un poco más allá.

—¿Donde vas? —preguntó el chico ignorando lo que había dicho. —Por aquí no hay mucho que hacer ya a estas horas.

—A recoger a mi hermano en la sala del grupo de baile. —se metió unas patatas en la boca antes de que Heechul pudiera acabar con todas. El chico estaba delgado, pero en lo que le había cogido la bolsa prácticamente se la había terminado. —Y estas también son mías.

—Puff, aburrida, pensaba que ibas a hacer algo interesante. —frunció el ceño y se incorporó de nuevo como un resorte, descolocando a YunHee por completo. —Entonces ya nos vemos mañana. Igual conseguimos tener otro día sin entrar en clases, ¿qué te parece?

—Pero qué...

YunHee observó la espalda del chico alejarse y bufó de nuevo. No estaba bien de la cabeza. Unos minutos más tarde, se detuvo delante de la sala de ensayos donde se encontraba su hermano. Había escuchado su voz y la de más gente, además de la música. Suspiró por un momento y abrió ligeramente la puerta para asomarse en el interior, intentando no molestar mucho.

4 comentarios:

  1. aiiishhh lo que daria yo por estar castigada con ellos xD jajaja me a encantado...a ver que me depara el proximo cap!!

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  2. wai esta genial,ya me gustaria estar castigada ami jjajaja espero con ganas mas caps ^^

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  3. "El sonido del despertador sonó mucho antes de lo que la figura de la cama hubiera deseado"

    Esto me suena... xDDDDDDDD
    La verdad es que yo tengo como despertador la canción de Superman de SuJu (que es mi prefe) y no le he cogido tirria.... Al contrario la dejo sonando porque me gusta escucharla jjjjjajajaja!! mis vecinos puede que estén hasta las napias, pero no dejaré de hacerlo prff! *movimiento de pelo*

    Ya me has dejado con las ganasss!! Ya pensaba que saldría el grupo de baile en este y no ha salido >3< Pero bueno, ha salido nuestra diva, aunque no ha "diveado" (?) mucho, pero bueno Hee, es Hee *_*
    Y suerte que tumorrou ya tendremos capi nuevo para ver el grupo de baile al completo mueeejejeje~

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  4. El caso es que lo escrito por ahora es para ir presentando a los personajes. Hasta ahora solo habia escrito yo (Sianna) con mi pj (Ji Ae), pero este es el capitulo de presentación del personaje que llevará mi compañera ^^ en todo caso el de baile le colgaremos mañana y está escrito por ambas.

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