domingo, 27 de octubre de 2013

Capitulo 3- Juegos Nocturnos- Parte 4

Dejó que Yunho se agazapara detrás de los arbustos antes de comenzar a moverse con la agilidad de un felino hacia allí, procurando llegar desde la parte de atrás. Sabía que cogerle por sorpresa era la única oportunidad que podría tener para conseguir eliminarlo. Había claras diferencias entre ellos. La primera de ellas era el tamaño. Comparada con él YunHee era prácticamente una muñeca. Eso implicaba que también tenía mucha más fuerza y lo sabía de primera mano: no sería ni la primera ni la última vez que había terminado con algún moratón por jugar con él.

Llevaban años haciéndolo.

Eso también le daba algunas ventajas y era sobre todo que si le iba a pillar por sorpresa. Los movimientos de YunHee eran delicados y silenciosos. Respiró hondo por un momento y justo cuando estaba a punto de lanzarse contra su espalda YunHo se giró. Ambos hermanos se quedaron mirándose a los ojos durante unos segundos.

—Ya tardabas. —comentó el chico mirándola mientras se incorporaba lentamente. —¿Y vienes tu sola?

—Por supuesto, no necesito a nadie para cazarte.

YunHo la miró, sonrió de medio lado y salió disparado entonces. La chica le siguió entonces, en una persecución que  les llevó a recorrer buena parte de las instalaciones, pasando por la pista de baloncesto en el camino. Sin darse cuenta de que allí había otra figura agazapada entre las sombras.

Se dirigían directamente hacia los terrenos que llevaban hacia la casa del Dream Team, ligeramente alejada. Sin embargo, cuando estaba a punto de lanzarse en una carrera más rápida para conseguir alcanzarle, un brazo tiró de ella para apartarla del camino provocando que estuviera a punto de caer y soltara una maldición que hizo que Yunho se girara para mirarla.

Lo último que vio antes de que medio la arrastraran fue una sonrisa de su hermano que se esfumó en las sombras. Al girarse para ver quién demonios había sido el inutil que la había agarrado se dio cuenta de que se trataba de alguien con el que ya se había encontrado aquella noche.

—¿Pero qué demonios haces? — explotó mirándole con el ceño fruncido.

—¿Y tú? ¿qué haces siguiéndole? ¿y si se gira y te atrapa? —preguntó el chico al tiempo que se movía inquieto haciendo que un cascabel que llevaba sonara de forma rítmica.

—Nos tocaba atacar a nosotros. —susurró furiosa y frunció los labios. —¿Y qué demonios haces todavía disfrazado?

—¿Acaso no me queda bien?

—Yesung… eliminado. Moon Geun Yeong… eliminada.

Se había escuchado con claridad por todo el terreno, se ve que utilizaban lo mismo que en las fiestas cuando se ponía música. YunHee respiró hondo. Por un lado estaba aliviada: eran dos menos del equipo contrario, pero por otro lado se sentía un poco mal por Yesung. Se preguntaba quién los había eliminado. Se revolvió ligeramente y después miró hacia Heechul que sonreía delante de ella.

—¿Y así piensas cazar o esconderte? ¡Si vas haciendo ruido! ¡Y además se ve a leguas que eres tú!

—Te lo estás tomando demasiado en serio cuando esto es un juego. —replicó Heechul mientras la miraba con una media sonrisa en los labios. —¿Qué vamos a hacer ahora?

—¿Cómo que qué vamos a hacer? Yo voy a ir a cazar, tú no sé lo que harás.

Y con las mismas, YunHee se puso de nuevo en movimiento. Heechul sonrió de medio lado antes de moverse para ponerse a su lado con unos movimientos rápidos y la detuvo sujetándola por el hombro, inclinándose hacia delante hasta que tenía el rostro muy cerca del suyo.

—¿Estás enfadada porque te gané en el duelo?

—No, no lo estoy.

—Pero estás de morros. —rió divertido y la miró a los ojos directamente. —No hubieras podido cazar a tu hermano aunque no hubiera intervenido.

YunHee apretó los puños con fuerza mientras miraba a Heechul y se apartó deshaciéndose de la sujeción de su hombro. En un movimiento fluido se detuvo delante del chico que le miraba de forma insolente mientras ladeaba el rostro y arqueaba de nuevo las cejas. Le quedaba demasiado bien el papel de Jack Sparrow, incluso era capaz de imitar sus movimientos y sus gestos.

—¿Y tú cómo demonios lo sabes? —preguntó completamente indignada. —¡Si no me hubieras detenido seguramente ahora tendríamos una amenaza menos para nuestro grupo!

—¿Y eso es lo que realmente te importa? ¿O hay otra cosa? —preguntó mientras le miraba con una media sonrisa.

—¿A qué te refieres?

—Yo creo que es más bien un problema de egos enfrentados… —de nuevo se inclinó hacia delante, hasta que sus narices estuvieron a punto de rozarse. —Y nos habéis metido a los demás en esta guerra de hermanos.

—¡Tú no sabes nada!

—¿De verdad?

YunHee se apartó de nuevo de él, volviendo a sentir la furia que había sentido al inicio de la noche. Pasó a su lado prácticamente chocando su hombro con el suyo y anduvo unos pasos hasta que se dio cuenta de que el chico la estaba siguiendo. Decidió que lo mejor era ignorarlo o se pondría de peor humor. Se mordió con fuerza el labio inferior mientras escuchaba sus palabras. ¿Era verdad que era una especie de lucha de egos entre ellos dos? Si tenía que ser sincera lo cierto es que era algo parecido.

Se detuvo para mirar a su alrededor. En principio no parecía que hubiera nadie, pero tenía que controlar el tema del tiempo. El susto que se habían dado con MinHo no quería volver a repetirlo cuando hubiera un cambio de tiempo. Y la verdad es que tenía el corazón a mil por hora. Además sabía que YunHo podría volver a aparecer en cualquier momento. Se dirigió entonces hacia la zona de las cancha de los diferentes deportes.

Con suerte en algunas de las gradas podría encontrar a alguien. Heechul seguía caminando a su lado con tranquilidad, mientras sonreía de medio lado. Verla de esa manera, furiosa, era algo que le encantaba. Además que era demasiado fácil enfadarla. Era como si pudiera encontrar todos los resortes para que pasara eso.

Las gradas estaban vacías. Al menos a simple vista. Entrecerró los ojos ligeramente mientras se acercaba hacia ellas con Heechul en sus talones. El movimiento tintileante de la ropa del pirata provocaba que tuviera que apretar con fuerza los puños. No le gustaba para nada la sensación de que la siguiera.

—¿Vas a seguir mucho tiempo así? —le susurró sin siquiera girarse. Le había parecido ver algo que se ocultaba en la zona de debajo de las gradas.

—Hasta que me aburra. —replicó Heechul en voz alta.

—Shhhhhhh

YunHee se llevó un dedo a los labios para hacerle callar y después sigilosa como un gato se acercó hasta la zona de las gradas. El corazón le latía con rapidez y la sensación de que había alguien ahí escondido se incrementó. Se lamió los labios que tenía resecos y cuando estaba a punto de asomarse una figura estuvo a punto de pasar por su lado.

Fue un acto reflejo por completo el que le hizo estirar la mano para sujetar el brazo, que agarró tela, aunque la fuerza de la persona que no había reconocido por el momento la movió unos cuantos metros mientras intentaba afianzar los talones en el suelo.

—¡Heechul! —gritó y cuando alzó la mirada se encontró con una mirada que hubiera reconocido en cualquier lugar: Yoochun.

Ambos se quedaron mirándose durante unos segundos y el chico aprovechó ese momento para soltarse. Fue entonces cuando una segunda figura, femenina en este caso, salió de las gradas provocando que YunHee sintiera una presión en el pecho que no terminaba de comprender. En esta ocasión fue Heechul el que salió corriendo —o algo parecido, porque YunHee estaba convencida de que lo que él hacía no era correr, sino deslizarse en una imitación perfecta del pirata del que estaba disfrazado — y unos segundos más tarde la tenía sujeta.

YunHee no lo pensó, salió corriendo para ayudar a su compañero. No quería pensar la razón por la que Yoochun y esa chica estaban juntos, escondidos en un lugar completamente a oscuras. Cuando estaba a punto de sujetar la pegatina con el nombre, tras reconocer de quién se trataba y soltar un bufido, notó unos brazos que la sujetaban por la cintura y la alzaban como si no pesara absolutamente nada.

—Ah ah, nada de eso. —susurró la voz de Yoochun en su oído, esa voz profunda que la provocó un escalofrío de arriba abajo.

—¡Suéltamente! —exclamó revolviéndose intentando soltarse de la presa.

Durante unos minutos fue una lucha entre los cuatro. Al final YunHee no se lo pensó demasiado cuando le soltó un pisotón que hizo que Yoochun soltara una exclamación y aflojara la presa. Momento que ella utilizó para deshacerse de él e ir a ayudar a Heechul, sujetando a Han Eun Jung.

El sonido de la pegatina despegándose se escuchó con toda la claridad del mundo cuando una de las manos de Heechul sujetó y tiró con fuerza.

—Han Eun Jung… eliminada.

—¡Jo! ¡No es justo! ¡Sois dos contra una! — dijo la chica apretando los labios e inflando los mofletes.

—No dice nada en las reglas. —Dijo YunHee mientras se giraba buscando su siguiente presa.

Yoochun no estaba demasiado lejos, pero entonces pasó lo que no se esperaba y por lo que había estado temiendo: el aviso de cambio de tiempo.

Se miraron entre sí. La mirada de Yoochun era intensa, peligrosa… oscura. Y no le gustó ni un pelo. Se agacharon para hacer el cambio: quitarse las campanillas unos, ponerse las campanillas el otro. El cambio de las pegatinas que indicaba quién era el cazador y quién los cazados.

En el momento en el que hubo el aviso del cambio de tiempo, Yoochun se lanzó directo hacia el chico que acompañaba a YunHee. Por alguna razón que no terminaba de entender le había molestado que fuera con él. Y más después de la escenita del salón. ¿Por qué tenía que ser él? En un arranque de velocidad y fuerza, unido a su capacidad para las artes marciales — aunque cualquiera lo diría considerando que se pasaba gran parte del tiempo medio dormido— Yoochun le quitó la peganita en un movimiento rápido y certero.

—Heechul… eliminado.

YunHee apenas había tenido tiempo de ver la escena, antes de que Yoochun se girara hacia ella. Y saliera corriendo directo hacia ella. La chica no se lo pensó y subió con rapidez por las gradas para atravesarlas en dirección contraria. Necesitaba un lugar donde esconderse o mantenerse a buen recaudo hasta el siguiente cambio de tiempo. El corazón le latía a mil por hora porque no esperaba que la perseguiría de esa manera.

Bajó un par de gradas prácticamente saltando y unos segundos después sintió las pisadas de Yoochun detrás de ella. Intentó controlar la respiración como le había enseñado su hermano, para no quedarse sin aliento antes de poder conseguir un lugar donde esconderse. ¿Pero dónde podía ir? ¿Dónde podría darle esquinazo?



Sin pensarlo demasiado se dirigió hacia el edificio principal. Sabía que podría encontrarse de frente con alguien del equipo de Yoochun pero si conseguía llegar a ciertos lugares… quizá pudiera mantenerse hasta el siguiente cambio de turno. Se deslizó por entre los caminos del jardín y suspiró brevemente, durante un segundo, al ver el edificio justo delante de ella. Sin embargo Yoochun no pensaba ponérselo tan fácil.

Sintió un tirón del brazo que la giró por completo y quedaron cara a cara. YunHee buscó soltarse, pero en ese primer momento no lo consiguió.

—Te cacé. —susurró mirándola.

—Suéltame antes de que te haga daño.

Yoochun sonrió de medio lado. Por alguna razón que prefería no pensar sentía que estaba enfadado o molesto, no lo tenía demasiado claro. Apretó con un poco más de fuerza la muñeca de la chica sin pensar que podría hacerla daño. Y YunHee ni siquiera se inmutó. Estaba pensando la forma de soltarse del agarre.

—No soy tan fácil de derrotar como piensas, YunHee-ah… —comentó Yoochun tirando de ella hacia él.

Entonces la chica supo por qué demonios era tan peligroso. Y por qué tenía la fama de casanova que tenía. Era por ese tono de voz que había bajado y que provocaba escalofríos. Por esa mirada intensa por la que parecía que solo existía ella. Por la fuerza y la calidez que desprendía en esos momentos. Por sus labios. Por la forma en la que había pronunciado ese apelativo cariñoso.

Durante unos segundos YunHee bajó todas las defensas. Simplemente se quedó en blanco. Su mirada solo podía quedarse anclada en la de Yoochun. Y gracias a eso fue cuando vio un ligero cambio en la expresión del chico. Fue apenas unos instantes, pero los suficientes como para darse cuenta de lo que intentaba hacer cuando estiró la mano para sujetar el nombre que estaba en su espalda.

La chica se revolvió, consiguiendo zafarse del agarre y movió la muñeca para intentar salir de la situación. Fueron unos segundos antes de conseguir soltarse del todo y salir corriendo de nuevo, con Yoochun detrás, hacia el interior del edificio.

Entró como un auténtico vendaval en los pasillos, dirigiéndose directamente hacia el único lugar que se le ocurría para poder sobrevivir hasta el próximo cambio de turno: los baños de chicas. Mentalmente iba rezando para no cruzarse con nadie por el camino, para que no apareciera Yunho o cualquiera de los miembros del otro equipo.

Cuando entró en los baños femeninos, entró con rapidez en uno de los compartimentos individuales y apoyó la espalda contra la puerta. Yoochun no se quedaría quieto y lo sabía. Pudo sentir la presión contra la puerta.

—¡Abre! —exclamó Yoochun.

—¿Tú crees que soy tonta?

Tuvo que anclar bien los pies antes de conseguir girarse para, apoyando todo su peso en la puerta,conseguir poner el pestillo.

—¿Qué demonios hacías con ese tío? —escuchó la voz de Yoochun mientras intentaba abrir la puerta de nuevo. —Y a solas.

—No creo que te importe.

domingo, 20 de octubre de 2013

Capitulo 3- Juegos Nocturnos (parte 3)

YunHee salió corriendo prácticamente a ciegas con Ji Ae cogida por la muñeca. Recorrieron buena parte de los terrenos del instituto hasta que llegaron hasta el polideportivo de la escuela. En un movimiento rápido entró y una vez en el interior soltó a Ji Ae agachándose posando las manos en las rodillas intentando recuperar la respiración.

—¿Estás bien? —preguntó a YunHee tras unos pocos segundos. Odiaba lo que acababa de hacer: abandonar a sus compañeros para salvar el pellejo no era algo que fuera con la personalidad de la chiquilla.

Se incorporó lamiéndose los labios que se habían resecado y por fin miró a Ji Ae. Estaban a oscuras, únicamente iluminadas por las luces de emergencia y una ligera claridad que llegaba desde el exterior.

-Si...pero...¿y los pobres busancitos? -Preguntó ella intentando también recuperar el aliento, desde luego estaba en muchísima peor forma que su amiga. Demasiadas horas sentada en el cibercafé de sus padres.

Ella miró a su alrededor antes que nada, en busca de alguien que pudiera esconderse allí con el objetivo de tomarlas desprevenidas otra vez. Sacó la linterna e iluminó alrededor con ella, intentando enfocarla hacia el suelo para evitar en la medida de lo posible que alguien se percatara de la existencia de aquella luz.

-No me gustan los cambios de tiempo -susurró una vez consiguió hilar un par de palabras pese a la respiración agitada- todo cambia demasiado rápido.

—Creo que es el momento en el que más pueden eliminar… Y entiendo por qué lo hacen, sino nos quedaríamos estáticas sin hacer nada.

En ese momento se escuchó el sonido de la megafonía encendiéndose y se mordió el labio inferior con fuerza. Sentía el corazón latiéndole con fuerza y no solo por haber estado corriendo. Les habían dejado en un momento muy delicado. Sin ser consciente de lo que hacía estiró la mano para coger la de Ji Ae. Solo esperaba no escuchar ninguno de los dos nombres. La tensión duró unos segundos que parecieron eternos.

—Junsu… eliminado.

Abrió los ojos sorprendida. Todo el mundo sabía lo buen deportista que era y lo competitivo. No estaba segura de lo que había pasado, pero por un momento se estremeció. No le gustaba para nada la situación. Esperó por si decían más nombres, pero de nuevo el silencio.

—Han eliminado a Su…

-Nos estamos quedando sin todos los buenos- contestó la chica, que ya había tenido bastante con la eliminación de su querido profesor de educación física.

En esos momentos parecía que la balanza se había inclinado demasiado en  favor del otro equipo, donde había gente realmente buena y muy competitiva. Además de todo... la “cabeza” de su equipo, el Comandante, Leonidas... había sido eliminado demasiado pronto como para poder ayudarles. ¿Por quién? No lo sabían,pero era demasiado extraño.... que cayera tan pronto.

—Tendremos que escondernos bien…

YunHee estaba claramente nerviosa. No le gustaba nada la situación. Había pensado que más o menos estaban equilibrados, pero la eliminación de dos de los grandes los habían dejado bastante debilitados. De todas formas todavía había gente que lo harían bien, aunque sabía que seguramente ellas dos caerían pronto.

Si solo pudiera eliminar a su hermano…

La idea había aparecido en un flash en su cabeza en cuanto escuchó que se encontraba en el otro equipo y sabía que Yunho pensaría igual. Era lo que tenía que desde pequeños tuvieran un pequeño pique de ver quién lo hacía mejor… en todo. Y aquella era una oportunidad única.

—Asegurémonos que no hay nadie aquí dentro… — susurró con suavidad para señalar a Ji Ae que se movieran hacia atrás. Tenían que aguantar hasta el próximo cambio de tiempo por lo menos.

Ji Ae miró su reloj, siquiera recordaba cuándo habían dado el cambio de turno. Por lo menos no habían escuchado un “Yonghwa eliminado” ni un “Jonghyun eliminado” , mejor,después de todo ellos habían dado su “vida” para poder salvarlas a ellas.

La chica hizo caso a su amiga y se dedicó a mirar por todo alrededor en busca de cualquier persona que pudiera estar allí, lo que menos quería era que las asaltaran igual que había hecho el bueno de Minho, apareciendo de la nada. Se había asustado mucho, aún tenía el corazón latiendo a mil por hora.

YunHee se mantuvo siempre cerca de Ji Ae, para asegurarse de que se encontraba bien. En cierta manera había decidido que era su responsabilidad. Solo había cruzado la mirada durante un segundo con Yonghwa pero ambos se habían entendido a la perfección en ese aspecto. Respiró hondo. El lugar era conocido por ambas, pero parecía un sitio completamente diferente. Era como si el colegio se hubiera convertido en un lugar extraño, un campo de minas en donde no sabías cuándo podría explotar alguna.

No parecía que hubiera nadie cerca. Eso hizo que se relajara ligeramente mientras se movía de nuevo hacia donde se encontraba Ji Ae. Sabía perfectamente que había bastantes puertas en el polideportivo por donde podían entrar y salir. La cuestión era elegir una lo suficientemente cerca de otra por si tenían que salir corriendo.

—No parece que haya nadie… —comentó con un suspiro de alivio. —Me imagino que gran parte de la acción se está desarrollando en el edificio principal y en los terrenos.

En ese momento se volvió a escuchar el sonido de encendido de la megafonía y una vez más se notó la tensión en sus rostros. Comenzaba a odiarlo con toda su alma.

—Kyuhyun… eliminado.

.¿Kyu también? -preguntó ella realmente sorprendida- aunque bueno...lo de Kyu es más normal.

Todos sabían que lo suyo no eran los deportes. Si tenía que esforzarse para ganar en algo... (al menos algo fuera de los estudios) solo lo hacía en el Starcraft. Sin embargo era una baja más, una más para su equipo,que tendría que retomar posiciones en la ronda siguiente.

-Por cierto...¿Has visto que mono Jonghyun? Dicen que es un poco borde pero...a mi no me lo parece...estabais muy monos dados de la mano -dejó escapar ella como quien no quiere la cosa mientras seguía buscando a su alrededor.

—Solo fue para escapar. — dijo YunHee que sin estar muy segura de por qué sus mejillas se pusieron completamente rojas. —No es mal chico.

Lo cierto es que JongHyun y ella nunca se habían llevado ni mal ni bien, era una de esas relaciones en las que el punto de inflexión venía porque sus mejores amigos eran amigos entre sí a la vez. Se habían “soportado” más de una vez al quedar en grupo y hasta allí. Y sin embargo en aquella noche se había puesto realmente nerviosa cuando le había cogido de la muñeca.

Ni que ella fuera una de esas niñas tontas que le interesaban esas cosas. Chasqueó la lengua. También podía ser que en su mente bastante tenía con Yesung cada vez que se ponía a cantar: era como si el resto de la banda desapareciera.

—Y ha sido una suerte que aparecieran justo en el momento que más los necesitábamos.

-Es muy mono- confirmó ella que se llevaba bastante bien con todo el grupo de música, por gloria y gracia de Yonghwa pensaba ella, porque si no... no lo entendía- debe de ser cosa de los de Busan. Por lo menos se han salvado...de momento.

—Sí…

Fue la corta contestación de YunHee. En ese momento se escuchó la musiquita que indicaba el cambio de tiempo. El aire que tenía retenido se fue expulsando lentamente. Al menos tendrían unos minutos más relajados, en los que no tendrían que preocuparse si alguien les iba a salir por la espalda para eliminarlas.

—Menos mal, ya era hora. —exclamó YunHee respirando profundamente y de paso salvándose por la campana de no tener que seguir hablando sobre lo que opinaba de JongHyun ni de lo que había estado pasando esa noche. —Ahora nos toca a nosotras.

Una sonrisa apareció entonces en sus labios mientras se ponía la campanillas y una vez de pie movía ligeramente el pie para hacerlas sonar.

-Si...ahora nos toca a nosotras -contestó ella agachándose para volver a ponerse los cascabeles en los pies, y también la etiqueta de que ahora eran los “cazadores”.

Y terminado eso se encaminó hacia una de las muchas puertas que había en el recinto, preparándose para salir “a la batalla”, aunque realmente no creía que pudiera ayudar en demasiado a su amiga. Una cosa era eliminar a una esmirriada como era Jessica y otra muy diferente enfrentarse a un chico, a casi cualquier chico de los que había en el equipo contrario en realidad.

Y de pronto, al abrir la puerta poco a poco, vió pasar una figura negra corriendo como alma que lleva el diablo. Por suerte, Ji Ae había pasado mucho tiempo con la sombra en cuestión como para reconocerle.

-YunHee...Ese que pasa por allí....¿No es tu hermano? -Preguntó ella dejando sitio a su amiga en la puerta para que pudiera mirar.

YunHee que estaba justo detrás de ella, se movió con rapidez para mirar hacia donde le indicaba.

—Es él.



Dos palabras, muchos significados y una lenta sonrisa que apareció en sus labios. Su mejor amiga conocía perfectamente ese gesto: era el que aparecía siempre antes de que hiciera una locura a lo kamikace. Era ese gesto que provocaba que se metiera en los problemas con su hermano. Era la sonrisa de “voy a superar el reto que me has puesto delante”.

Se giró entonces hacia Ji Ae durante un solo segundo.

—¡No te muevas de aquí! Volveré a por tí.

Y después, sin darla tiempo a contestar, salió disparada hacia delante como la flecha que es disparada por un arco. Ni siquiera lo pensó. Una vez más actuaba por instintos más que por la mente racional.

Sabía que iba a ser difícil conseguir arrebatarle la pegatina de su espalda, pero tendría que intentarlo. La neblina se había hecho más intensa y podía notar el ligero frío azotando sus mejillas. Saltó por encima de un banco y sonrió al ver que YunHo se agachaba con toda la idea de esconderse detrás de uno de los muchos setos que había en el jardín.

Después de que su amiga saliera corriendo en persecución de su hermano, Ji Ae se quedó completamente sola en la piscina. Aquel era un sitio donde no estaba demasiado a menudo porque, a pesar de que le gustaba realmente nadar, no le gustaba hacerlo de manera competitiva, como un deporte, sino más bien para pasar el tiempo.

El problema de aquel lugar era que había poco sitio donde esconderse, pero quizás precisamente por eso nadie podía pensarse que a alguien se le ocurriera esconderse allí. Por otra parte era un edificio que contaba con unos grandes ventanales que,aunque normalmente estaban abiertos, ahora se encontraban completamente cerrados, como todas las noches.

El resultado era que nadie de fuera era capaz de ver lo que ocurría en el interior, o si ella encendía una luz. El lado negativo de todo aquello era que aquello estaba sumido en una completa oscuridad.... esa misma oscuridad que a ella le aterrorizaba.

En cualquier otro lugar, o si al menos YunHee siguiera con ella, no hubiera encendido la linterna que llevaba consigo. Sin embargo, y después de unos instantes de duro esfuerzo por vencer la tentación, terminó por hacerlo para mirar al menos hacia donde moverse. La luz de la misma traspasaba las cristalinas aguas de la piscina, que se encontraban completamente tranquilas. El agua precisamente,y aquel lugar tan grande y vacío hacían que sus pasos,por tímidos que fueran, resonaran en todo el. Uno,tras otro.

Ji Ae miraba en todo su alrededor por si hubiera alguien allí, con la mano un tanto temblorosa y el corazón tan acelerado que casi podía escuchar los latidos en su cabeza. Demasiadas precauciones para ella, persona patosa reconocida por todos. Y en efecto, no tardó demasiado en pisar unos azulejos salpicados por alguna que otra gota gota de agua, lo que causó que diera un ligero traspiés a punto de caer a la piscina. Consiguió evitarlo girando bruscamente el cuerpo y colocando las manos en el suelo, pero por desgracia se vio obligada entonces a soltar la linterna y esta se precipitó hasta el fondo de la piscina, donde la luz tililó un par de veces antes de consumirse del todo cuando el agua empapó los circuitos.

Sola... estaba completamente sola y para colmo no podía ver prácticamente nada, salvo por algún que otro rayo de luz proveniente de la luna llena que brillaba en el exterior y por alguna que otra farola que había encendida en los alrededores más cercanos al recinto de la escuela.

Estos rayos de luz le permitían precisamente moverse con un poco de facilidad hacia uno de los extremos de la piscina, donde debía haber dos pequeños cuartos que se utilizaban como baños/vestuarios. Allí al menos estaría más segura, o eso pensaba ella, sin razonar que también sería más fácil para alguien cogerla por encontrarse en un lugar más reducido.

Pero cuando llegó allí...la puerta estaba cerrada. ¿Por qué?¿Era otra de esas habitaciones donde no se les tenía permitida la entrada? Aquello no tenía ningún sentido...¿Que podían hacer de malo en unos baños? Aunque... en realidad había escuchado muchas historias sobre chicos y chicas bien jóvenes que hacian alli... sus primeros acercamientos... por así decirlo.Qué remedio, tendría que quedarse allí, en mitad de la oscuridad, con la tranquilidad de que al menos en aquella ronda era a ellos a quienes les tocaba cazar. ¿Habría dado su amiga con Yunho?

Con la espalda contra la pared alzó las manos lo suficiente como para aproximarlas a su rostro. La chaqueta de Yonghwa le quedaba grande, pero no le importaba, siempre le había gustado meter las manos en las mangas para sentir su calor. En aquella ocasión olían también a su amigo, una fragancia que conocía perfectamente, que olía a limpio y,según ella creía, al local de ensayo donde este se encontraba siempre. Le gustaba, le traía buenos recuerdos y la hacía sentir completamente tranquila, quizás porque el chico siempre había cuidado de ella.

La tranquilidad sin embargo le duraría poco.