lunes, 30 de septiembre de 2013

Capítulo 2: La noche de la fiesta (Parte 5)

Heechul estaba disfrutando como si fuera un niño pequeño. Hacía mucho tiempo que no sentía esa descarga de energía. Mientras bajaba por las escaleras, en lo que él había denominado como una “entrada perfecta”, mantenía la mirada fija en la chica que se movía con una agilidad y rapidez felina. Él que pensaba que sería alguien que no tendría ni idea de cómo se sujetaba una espada, estaba demostrando todo lo contrario: le estaba dando muchísimo más juego del que pensaba. Y eso era algo que agradecía.


Uno, dos, tres escalones. Un salto hacia la derecha que le dejó en el pequeño intervalo antes de seguir bajando. La chica no tardó en hacer un ataque lateral que frenó con la espada y se preguntó si sería buena idea invitarla a una de las clases de esgrima a las que iba. Su instructor se iba a sentir sorprendido. No tenía una técnica precisa, ni depurada, pero lo compensaba con el ímpetu que estaba demostrando.


Sonrió cuando finalmente llegaron al pie de las escaleras y YunHee esquivó con una finta perfecta la estocada que dio en un intento de acabar con ese duelo que estaba llevando más del tiempo del que hubiera imaginado.


Como siempre YunHee salvaba la situación de Ji Ae, en esta ocasión incluso sin haberse dado cuenta, pero desde el momento en que entró a aquella enorme sala “espada en ristre” las miradas que estaban fijas en ella pasaron a su amiga.


Pero Ji Ae no se sorprendió en absoluto, estaba más que acostumbrada a ese comportamiento de su amiga. Lo que no podía dejar de preguntarse  es si ella se había dado cuenta de donde estaba. Sin embargo la escena era realmente entretenida, era una de esas que pasarían a los anales del instituto.


El que parecía estar muy interesada en ella, por cierto, era Jung Min, que había apartado la mirada de la copa de vino que tenía en la mano posándola directamente en la chica... ¿De dónde demonios había salido una chiquilla así?


-¿No se supone que a vosotras os gustaba pasar desapercibidas en el instituto? -Preguntó Leeteuk a Ji Ae, que no pudo más que sonrojarse ante aquello. Si... aquel día las dos se estaban cubriendo de gloria.


Yunho, que por su parte se encontraba en un grupo cercano a la mesa de los refrescos con el grupo de baile, estuvo a punto de llevarse las manos a la cabeza cuando se dio cuenta de quien estaba haciendo aquel escándalo era su hermana menor. Frunció el ceño de esa forma que indicaba que estaba mitad preocupado, mitad conmocionado por la situación.


—No se ha dado cuenta… —susurró para sí.


Heechul hizo que la chiquilla recorriera la parte central de la sala en un baile que difería mucho de los que se habían visto esa noche. Eran movimientos rápidos y precisos, mientras se acercaban a la mesa de los refrescos. El ejercicio siempre le había dado sed. Y de paso era hora de acabar con aquel espectáculo.


—Querida, muchísimas gracias por el baile, pero creo que es hora de que finalicemos nuestra breve relación. —sonrió de oreja a oreja.


Y todos en la sala pudieron darse cuenta de cuándo YunHee se dio cuenta de dónde se encontraba: Se quedó en pleno movimiento, con la espada ligeramente en alto, el rostro blanco como el papel, y recorriendo el lugar como si no fuera capaz de procesar la información.


—Mierda… —susurró deseando desaparecer en las profundidades de la tierra.


—Y hasta aquí, damas y caballeros, el espectáculo de hoy. —Heechul realizó una burlona reverencia. —Espero que lo hayáis disfrutado. —sonrió mirando a YunHee como si no hubiera roto nunca un plato. —¿Un refresco?


La sala, de hecho, se había quedado completamente en silencio, no solo porque la gente había dejado de hablar para observar la escena, sino porque, cuando Yesung vio aquello, se quedó sin voz... y el resto pararon los instrumentos como siguiéndole.


-Si me disculpáis... -murmuró Ji Ae, que como no había tenido suficiente con su propia vergüenza, volvió a saltar al foso de las bestias para rescatar a su amiga- Yuni-ssi.... ¿Por qué no vienes a tomar algo con nosotros,eh?


Y claro, tenía que portarse bien porque después de todo la había dejado tirada de mala manera, y de haber estado donde debía seguramente todo aquello no hubiera ocurrido. Así que la tomó del brazo y con cuidado tiró de ella para alejarla de allí en dirección hacia el grupo del Dream Team y los frikis, todos juntos en amor y compañía.


El problema es que se giraron demasiado rápido y sin ver por dónde estaban yendo… Lo siguiente que vieron fue un vuelo de faldas tras un choque que las dejó sin respiración. Un grito las paralizó por un momento. Y YunHo quiso llevarse a su hermana de allí antes de que provocara más escándalo y problemas.


YunHee se quedó paralizada, una vez más, cuando Jessica con ayuda de su grupo de amigas se levantó chorreando ponche por todas partes. Habían chocado con ella y la había lanzado directamente hacia la gran fuente con líquido rosado.


—Casi que deberíamos salir corriendo en dirección contraria. —susurró mirando hacia Ji Ae.


-Polo Norte -confirmó ella...pero después miró fijamente la escena que acababan de crear en ese mismo momento y no pudo evitar dejar escapar una carcajada, culpa seguramente de la tensión acumulada en los últimos momentos y de una pequeña “victoria” personal al bañar en ponche a la princesita del instituto.


-Pero... pero....¡¿Tu sabes lo que cuesta este vestido?! ¡Más que vuestras dos casas juntas!- dejó escapar Jessica.


-Yo pagaré el vestido- Dejó escapar Leeteuk que apareció alli como un angel salvador.


—¿Te quieres comer la espada? —preguntó YunHee prácticamentea la vez que el ángel de alas blancas.


-Seguro que se ha comido muchas más cosas... lo del tamaño ya... -Ji Ae alzó la mano intentando imaginar el tamaño de la misma, pero al darse cuenta nuevamente de donde estaba, bajó las manos colocándolas a un lado del cuerpo.


-Vamos, señoritas....esto no es necesario, y no es que me moleste el espectáculo, al contrario, pero creo que va a ser mejor que disfrutemos de el en pequeñas dosis -dijo Leeteuk colocándo una mano a cada una en un hombro, y llevándolas hacia donde estaban el resto de chicos. Y a ver quien se atrevía a decirle nada, que además de miembro del Dream Team era un mafioso casi reconocido.


YunHee se dejó guiar, mientras escuchaba los improperios desde donde Jessica y su grupo de amigas se habían quedado. En el trayecto pudo ver a Heechul que alzó su vaso en señal de saludo claramente divertido, la cara de su hermano que indicaba que iba a tener bronca cuando estuvieran a solas… y al alzar la mirada hacia lo alto de la escalera quiso volver a desaparecer: allí estaba Yoochun, con dos chicas, mirándola con una media sonrisa divertida como diciendo “si ya sabía yo que tú lo de femenino…”


Suspiró brevemente con cara de circunstancias y bajó la mirada mientras caminaba como si la estuvieran llevando al matadero: cualquier rastro de adrenalina había desaparecido y en esos momentos el espíritu de Mulán la había abandonado para dejar únicamente a YunHee, la estudiante de instituto que escribía novelas en internet sin que nadie lo supiera y que no le gustaba para nada la fama.


El problema para Ji Ae, dado que su hermano parecía más interesado en aproximar posiciones con sus amigas, era que Lee Min Ho había vuelto a aparecer en el grupo como brota una seta: de la nada. Allí estaba también Siwon, que si no se había santiguado era tan sólo de milagro, y Changmin... que se dividía entre “descojonarse” de la suerte de YunHee y mirar a Lee Min Ho como si quisiera atravesarle.


-Creo que no volveré a meterme con ella- Bromeó Kyuhyun por otra parte dándole un codazo a Minho en tan mala zona, que este se encogió ligeramente de dolor.


-Eres más bruto que ella...-se quejó al final.


Finalmente llegaron hasta donde estaban todos. YunHee quería desaparecer, pero se situó al lado de su mejor amiga. Respiró hondo durante un instante. Al cruzar su mirada con la de Jung Min definitivamente supo que aquella no era su noche: el “vampiro”, como habían terminado por llamarlo, parecía todavía más una criatura de la noche, y cuando sonrió de medio lado casi juró que tenía colmillos.


—Te gustan las entradas triunfales, ¿eh? Creo que agradezco que la última vez no tuvieras una espada a mano. —bromeó el chico haciendo que YunHee se pusiera roja en un segundo.


—Y yo veo que no tienes imaginación… ¿Vampiro? ¿de verdad?... —arqueó las cejas y chasqueó la lengua.


-Por lo menos no ha venido disfrazado de Edward Cullen - murmuró Ji Ae que no se atrevía a levantar la mirada y se estaba aprendiendo casi de memoria como eran los zapatos de marca de Min Ho.


-Bueno... nosotros tenemos que irnos- Dijo Kyuhyun mientras sujetaba a Changmin del brazo, oliéndose que la vena acuario que tenía tan marcada esta- tenemos que cambiarnos para el juego, que empezará dentro de poco,y tenemos que saludar a tu hermano Ji.


-Si, pero si necesitas algo....LO QUE SEA -enfatizó Changmin mirando directamente a Lee Min Ho que se hizo el sueco soportando las risitas de Jae por detrás- me lo dices...¿Eh?


-Claro que si...pero tranquilo...estoy bien... -contestó ella que en ese momento estaba roja como el cangrejo de la sirenita.


Y sin más se fueron andando, el uno empujado por los otros dos, para perderse entre la gente, y ellas se quedaron nuevamente solas ante el peligro.


YunHee se olvidó de Jung Min. La situación estaba claramente tensa y no entendía qué había pasado, pero al mirar a su amiga se dio cuenta de que se había perdido demasiadas cosas. Frunció el ceño ligeramente.


—¿Qué es lo que ha pasado? —preguntó en un susurro a Ji Ae, bajando la voz y acercándose a ella.


-¿Que prefieres saber primero?¿Cuando me raptó Jaejoong, cuando me ha emperifollado, o cuando le he gritado a...a....delante de todo el salón? Claro que luego ha aparecido Changmin a salvarme y todo se ha vuelto más normal -contestó ella en un susurro aprovechando que los chicos se habían puesto a hablar, para contestarla- a ver si empieza el dichoso juego y me puedo esconder en un armario o algo así.


YunHee la escuchó con atención. En un primer momento completamente seria, después pasó a la sorpresa y arqueó las cejas ligeramente mirando hacia donde JaeJoong se encontraba hablando de forma animada con Jung Min, entretenidos mirando cómo Jessica intentaba secarse el vestido. Y finalmente, cuando escuchó lo que había pasado, tras un momento de consternación, no pudo evitar soltar una carcajada.


—Dioses, Ji, no te puedo dejar sola. —comentó YunHee claramente divertida. — Creo que me superas hoy en “meteduras de patas” y sucesos extraños.


-No ha sido culpa mía.... me ha dicho unas cosas horribles... primero quería ligar conmigo porque no sabía que era yo, y luego ha empezado con las clases, con si las chicas sin dinero no merecían la pena y... no he podido contenerme-contestó ella encogiéndose de hombros.


—¿Quieres que le rete a un duelo? Te prometo ser un buen “caballero negro” y evitar que el malvado de turno te haga más daño. —miró a Lee Min Ho y sonrió de medio lado. — Ya no puedo hacer más el ridículo.


-¿Y quien dice que este...hombre...sabe defenderse en un duelo? Seguro que el paga gente para que se peguen por el....


-No,eso ya lo hago yo sin que me paguen- Contestó Leeteuk que parecía de buen humor con todo aquello- me ofendería si no fuera así.


-Tienes buen oido -Contestó Ji Ae sonriéndole, al menos con Leeteuk se encontraba cómoda por muy mafioso que fuera.


Justo en ese momento se encedió la gran pantalla plana que había a un lado del salón y la banda de música volvió a silenciarse por completo y, el profesor de gimnasia, con  su característico gesto duro made in el ejército saltó a hablar.




-Bueno.Queda solo media hora para que comience el juego, así que vamos a anunciar qué personas están en cada equipo. Recordad que tenéis que cambiaros de ropa y después ir a recoger las etiquetas que teneis que poneros.


-¿Tu no sabes quien va con quien?¿No organizabas esto? -Preguntó Siwon a Ji Ae con curiosidad.


-No tengo ni idea- contestó la chica realmente preocupada, solo esperaba ir con su amiga.


-Las agrupaciones de los dos equipos serán por sorteo, sacaré dos nombres cada vez. El primero irá al equipo A, y el segundo irá al equipo B.


YunHee prácticamente estaba de los nervios. Cruzó los dedos con fuerza y atendió a las palabras del profesor que se movió para enseñar la gran urna donde se encontraban los nombres de los alumnos. Quien estaba a su lado era la profesora de Arte, Jung Hye Young, que haría de la mano inocente. Metiendo la mano dentro de la urna sacó las dos primeras papeletas y se las pasó al profesor de gimnasia.


— Bien.. veamos… - comenzó abriéndolas. — En el equipo A Ji Ae, en el equipo B… Lee Min Ho.


-Como la vida misma- exclamó Jaejoong con su típico buen humor.


Pero Ji Ae no estaba segura de que pensar...¿Era mejor estar en el equipo contrario a él para que pudiera fastidiarla libremente, o verse obligados a cooperar? Pero el no dijo nada, simplemente se quedó con la mano en el pomo de la espada.


-Las segundas papeletas- mencionó el profesor- son para Yun Hee en el equipo A y Choi Siwon en el equipo B.


El aire que YunHee estaba conteniendo salió rápidamente y sonrió a Ji Ae. La mirada que cruzaron lo decía todo: Estaban juntas y eso era lo que importaba. Cualquier tipo de cabreo inicial, o molestia, que había podido tener porque le hubiera dejado colgada había desaparecido por completo.


El profesor comenzó a decir los siguientes nombres: Yonghwa en el equipo A, con ellas, mientras que Jessica había terminado en el equipo de Lee Min Ho. Cuando miraron hacia la mirada que las echó indicaba que iba a jugársela bien en esa noche. Que haría todo lo posible porque se acordaran de que nadie se metía con la Princesa sin que hubiera un castigo ejemplar. Se habían enfrentado a la “Realeza”, en apenas unas horas, y eso siempre traía consecuencias que hubieran preferido no conocer.


-Los siguientes serán Kim Hyun Joong y Lee Si Young.


Ji Ae se mordió el labio ante eso, que le molestaba ligeramente vete tu a saber por qué, quizás porque no podría eliminarle y así terminar vengándose, quizás porque soportaba a la chica esa tan poco como soportaba a su amiga Jessica.


-Los siguientes, Leeteuk y Park Jung Min.


En el grupo donde estaban aparecieron las carcajadas. Siempre era así, por alguna razón siempre terminaba uno en un lado, y el otro en el otro....como el día y la noche a pesar de que se llevaban muy bien.


La mirada de Jung Min y de YunHee se cruzaron durante un instante. La sonrisa maliciosa de él hizo que la chica recibiera un escalofrío y se quedara en blanco. Estando a punto de perderse los siguientes que habían salido.


-Kim JaeJoong irá al equipo A y Shin Chamgin al B.


De esta forma se fueron formando los equipos, entre risas en ocasiones, comentarios bromistas. Pronto comenzaron a moverse para salir de la sala aquellos que tenían que cambiarse para poder correr con comodidad. YunHee acompañó a Ji Ae aunque su disfraz era cómodo y en tonos oscuros, perfecto para poder esconderse con comodidad.

—¡En un cuarto de hora todos en el hall! — recordaron por los altavoces.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Capitulo 2 (La noche de la fiesta) Parte 4

YunHee se había puesto un abrigo por encima que cubría, todo lo posible, el disfraz que había elegido. Sin embargo, lo que no cubría era sus cabellos largos y oscuros en un moñete encima de la cabeza que recordaba el recogido tradicional de los hombres del pasado. Su madre se había estado peleando durante su buena media hora hasta conseguirlo y, después de unos cuantos tirones, había conseguido colocarlo en su sitio. También se había pasado las horas refunfuñando sobre por qué su única hija había elegido ir disfrazada de una mujer que se disfrazaba de hombre cuando había disfraces mucho más femeninos que le hubieran sentado como un guante. Acostumbrada como estaba a esos arranques maternos, YunHee solo había sonreído divertida, negado con la cabeza, y dejado que hablara sola.

Se encontraba a la entrada del cibercafé donde había quedado, hacía días, con su mejor amiga. Se movió ligeramente incómoda cuando un grupo de niños de unos doce años se la quedaron mirando como si estuvieran viendo a un bicho raro. Y es que por mucho que cubriera el abrigo, desde luego que uno podía ver claramente que no llevaba su ropa habitual. Respiró hondo y se asomó un poquito más. No estaba dentro y llegaba ya varios minutos tarde. No quería entrar por lo que podía encontrarse en su interior, así que cuando vio a Yoochun le hizo un par de gestos con la mano para que se acercara.

Tuvo que controlar sus pensamientos porque el “qué guapo que está” se escapó entre ellos provocando que se pusiera nerviosa. Una vez más. Era como si ese chico que tenía delante de ella vestido completamente de negro, provocara que se pusiera siempre en alerta.



—¿Qué haces aquí?

No hubo ni unas “buenas noches” ni nada por el estilo. Tan directo como siempre. YunHee parpadeó varias veces como si le hubieran golpeado e intentó concentrarse en lo que estaba haciendo. ¿Le estaba preguntando qué hacía allí?

—He quedado con Ji aquí…

—Pues creo que te ha dado plantón… se ha ido hace varias horas con uno del Dream Team.

La información llegó y se quedó ahí delante de sus ojos durante unos segundos hasta que finalmente lo procesó. Respiró hondo aunque no pudo evitar poner mala clara. No le había dicho nada y eso era lo que en realidad le molestaba.

—Con uno del Dream Team… ¿con cual de ellos?

—Con uno, yo qué sé. —Yoochun se encogió de hombros. —Mi hermana últimamente está ampliando el círculo de amigos, ¿no?

—Y es algo bueno. —dijo YunHee porque por muy cabreada que estuviera en ese momento, defendería a Ji Ae. A fin de cuentas era como su hermana.

—Aunque eso signifique que te ha dado plantón. —el rostro de Yoochun se iluminó. —Siempre puedo llevarte yo al baile, como si fueras una cenicienta.

—¿Y quién ha dicho que quiero ir contigo? —preguntó la chica sin pensárselo, apareciendo ese carácter que por regla general delante de Yoochun se esfumaba. —Puedo ir perfectamente sola, no me voy a perder por el camino.

—Ya, pero así me guías a mi, por si acaso me pierdo. —se asomó hacia dentro del cibercafé, cogiendo un abrigo negro y soltó un grito. —¡Mamá! Ha venido YunHee y me voy con ella a la fiesta. No me esperes despierto.

—¡Yah! —las mejillas de la chica se ruborizaron al tiempo que le daba un golpe en el hombro. —Tu madre va a pensar que tenemos algo.

—Que piense lo que quiera. —el chico se puso el abrigo, teniendo que sacarse el pelo del cuello de este, y la miró cogiéndola del brazo para comenzar a andar. —Por cierto, ¿de qué vas disfrazada?

—Eso mismo quería preguntarte yo a tí… —le miró con curiosidad. —Realmente es como si no llevaras disfraz.

—Voy de detective, así de paso no tengo que llevar una segunda mochila para cambiarme cuando empiece el puñetero juego ese raro que se han empeñado en hacer. Ahorrando tiempo, ya sabes.

—Algo así pensé yo… por eso he decido que no pensaba usar un vestido de falda y demasiado aparatoso. —declaró mientras andaba con comodidad a su lado, abrigándose un poco más.

—Vamos, que vas de Mulán. — arqueó las cejas mientras la miraba. —O algo por el estilo, ¿no?

—¿Cómo sabes…?

—Moñete, ropa de época que se deja ver por debajo del abrigo y tú… —Yoochun se encogió de hombros con una sonrisa irónica en los labios. —No podía ser de otra manera. Si llegas a llevar un traje en plan princesa de Disney entonces es cuando comenzaría a preguntarme quién eres y qué has hecho con Yun Hee.

—¿No me ves capaz de llevar un vestido? —preguntó la chiquilla claramente cabreada. —Que sepas que puedo hacerlo si quisiera.

—Sería demasiado raro incluso para tí… Seguro que no sabrías ni cómo moverte. —se burló el hermano de su mejor amiga y YunHee estuvo a punto de golpearlo con lo que tuviera más cerca.

De esa forma, durante los siguientes minutos la chiquilla se mantuvo en silencio. No sabía cómo había terminado de esa manera cuando estaba más que claro que no era buena idea que ellos dos se quedaran a solas. También lo quería, porque en cierta manera era el único momento en el que él le hacía caso. En el instante en el que estuvieran en un sitio con más gente, Yoochun se fundiría con ellos y desaparecería, como había hecho siempre desde que le conocía.

Y eso era algo que le frustraba.

Yoochun le echó una mirada con curiosidad. No sabía qué era lo que exactamente le pasaba con Yun Hee que siempre terminaba discutiendo con ella. Era como si hiriera su sensibilidad más pronto de lo que hubiera imaginado. Y no porque quisiera hacerlo, no, sino porque salía así. Ahora estaba mohína caminando a su lado. Las luces y las sombras que había en su rostro le hizo pensar que estaba guapa, incluso sin maquillaje y con un moñete en la cabeza que seguro le estaba provocando dolor de cabeza. Le quedaba bien.

Aunque si tenía que ser sincero, le hubiera gustado que apareciera con un vestido o con alguno de esos insinuantes disfraces que estaba seguro que el resto de sus compañeras utilizarían. No entendía por qué Yun Hee se escondía de esa manera. Para él, estaba más que claro que era una auténtica belleza, desperdiciada, pero belleza. Le costaba reconocerlo, porque era como si fuera su hermana pequeña, pero era mona.

Sí, era mejor dejarlo ahí: Yun Hee es mona y es como tu hermana pequeña. Ese pensamiento aparecía con frecuencia, sobre todo cuando algo que debía estar mal dentro de él le indicaba que sería interesante saber cómo sabían esos labios que en esos momentos se encontraban fruncidos.

—Ya estamos llegando.

La voz de ella hizo que Yoochun frunciera el ceño porque no estaba seguro de qué era lo que quería decir. Hasta que desvió la mirada de ella y se dio cuenta de que el instituto se encontraba a unos pocos metros. Era realmente idiota por no haber aprovechado un poco más la situación que tenía delante de sí. O a su lado. Siempre que quería hablar con ella terminaba diciendo alguna estupidez.

—Sí, me imagino que querrás buscar a Ji Ae.

—Mmm, supongo que sí.

Yun Hee se veía venir lo que ocurriría a continuación. Yoochun iba a huir como si le estuvieran persiguiendo mil perros del infierno. El chico se detuvo antes incluso de que tuvieran tiempo de atravesar las rejas que daban paso a los terrenos del instituto. Durante un segundo pensó que se iba a ir tal cual, sin más, pero se confundió. Se acercó un paso y luego otro, hasta quedar mucho más cerca de lo que habían estado nunca y haciendo que tuviera que alzar el rostro para poder mirarle. Tenía que controlarse para no temblar o para no ponerse roja como un semáforo.

—Se te ha torcido.

—¿Qué? —preguntó la chica sin saber a qué demonios se estaba refiriendo ahora.

—Que se te ha torcido el moñete, espera que te lo arreglo. —con manos hábiles, esas manos de pianista que siempre le habían gustado, le estuvieron enredando en el pelo hasta que más o menos pareció que estaba conforme con lo que había conseguido. —Mucho mejor así. Ya no se te va para ningún lado.

—Gracias, supongo.

—Al menos no te lo habrás cortado con una espada, ¿no?

—Idiota.

Y sin más, por una vez, fue Yun Hee la que se separó de Yoochun primero para perderse en dirección a la puerta principal del colegio. El chico la vio alejarse durante unos segundos, antes de que apareciera  un grupo de chicas vestidas de algo que no supo reconocer, pero que tomaron su atención por completo.

Y así fue como Yoochun olvidó cualquier tipo de duda sobre la mejor amiga de su hermana.

~*~*~


Los pasos ligeros y silenciosos de Yun Hee la llevaron hasta las pequeñas escaleras que había delante de la entrada del instituto. Iba tan metida en sus propios pensamientos que estuvo a punto de chocarse con una figura alta y desgarbada que estaba justo delante de ella. Por un momento parpadeó en un par de ocasiones, sobre todo porque cuando se movió pudo escuchar un ligero tintineo que no estaba segura de dónde venía.

—¡Si es mi compañera de castigo!

“Mierda”. Ese fue el pensamiento que apareció directamente en su cabeza cuando reconoció la voz y cuando por fin sus ojos pudieron saber quién era aquella persona que se encontraba debajo de la peluca y de toda la parafernalia para convertirse en un pirata. En Jack Sparrow, para ser más concreta.




—Te sobra ropa. —continuó la voz masculina mientras llevaba directamente sus manos hasta el abrigo de ella. —No puedes entrar así, ¿de qué vas disfrazada?

—Suéltame o pienso darte tal golpe que te voy a romper esa nariz que tienes. —refunfuñó Yun Hee echándose hacia atrás cabreada ya de su encuentro con Yoochun.

—Uis uis, si vienes rezongona. —el chico sonrió ampliamente y se detuvo mirándola. —¿Y qué es eso que tienes en la cabeza? ¿te ha salido una especie de cuerno? ¿o es una seta?

—Es un moñete tradicional, idiota.

—Ahh, ¡que vas de hombre! —sonrió y se movió a su alrededor con unos movimientos clavados a los de Jack. —Debería habérmelo imaginado, y yo que pensaba que con suerte traerías algo femenino e interesante…

—¿Por qué todo el mundo piensa que no puedo traer un vestido? ¿eh? ¿tan poco femenina parezco?

—Lo has dicho tú misma. —una nueva sonrisa y un nuevo gesto de la mano. —Venga, quítate eso y enséñame lo que llevas debajo.

Las mejillas de Yun Hee se ruborizaron por completo y su mano derecha se movió como si tuviera vida propia cerrándose en un puño y golpeando al chico en el hombro. Heechul en vez de molestarse sonrió de oreja a oreja viéndola tan azorada y se movió lentamente hacia delante haciendo que ella fuera retrocediendo hasta que su espalda dio contra la pared.

—No iban por ahí los tiros pero si insistes…

—Vete al infierno. — en un gesto rápido Yun Hee tomó la muñeca de Heechul y se la retorció detrás de la espalda. — ¿Contento? ¿así mejor?

—Hey hey, que eso duele, suéltame. —el tono del chico demostraba que realmente le estaba doliendo. — ¡Hagamos esto como dos hombres!

—¿De qué estás hablando?

—¡Te reto a duelo!

—¿A duelo?...

—Fijo que debajo de ese maldito abrigo tienes una espada y yo tengo aquí la mía, no la otra, sino la de verdad… bueno ya me entiendes.

—Te entiendo. — lentamente la presión en la muñeca se fue soltando.

—Y aunque no estoy muy seguro de que una mujer sepa utilizarla… —la presión en la muñeca aumentó un poco más. — Mierda, mierda, vale… me callo. ¡Si tan segura estás de que puedes usar la espada te reto a un duelo niñita!

—¿Niñita? ¿niñita? ¡Esto ya es el colmo!

Yun Hee se movió hacia atrás soltando a Jack Sparrow, alias Heechul cuando no era época de disfraces, que dio un par de traspiés y que la sonrió como un gato que acababa de encontrar un enorme plato de leche todo para él. Si la chica hubiera estado un poco más atenta se hubiera dado cuenta de que había entrado por completo en su juego. Sin embargo, esa noche estaba demasiado “espesa” y cabreada como para pensar con tranquilidad.

—Venga… niñita, a ver de qué eres capaz.

La chica frunció el ceño mientras vio cómo Heechul desvainaba la espada que llevaba en la cadera en un momento fluido. Ella se desató por fin el abrigo y sacó su espada, de tipo coreana más que china porque no había tenido tiempo a preparar una  mejor. Lógicamente no eran de verdad, pero tampoco eran de las típicas de disfraz y se notaba. Los ojos del chico se habían vuelto un poco más fríos, siguiendo sus movimientos, y los de Yun Hee no se separaban de los de él.

Por un momento, parecía que estuviera a punto de sonar la banda sonora de Piratas del Caribe a todo volumen en ese pasillo desierto del instituto, pero lo único que se oía de forma amortiguada era la música que provenía del salón de festejos donde se estaba celebrando el baile de disfraces.

Fue ella la primera que hizo un movimiento, un tanteo que Heechul supo bien cómo esquivar con una ligera finta de pies. Los labios de Yun Hee se curvaron en una pequeña sonrisa. Aquello iba a ser más divertido de lo que hubiera imaginado. Por alguna razón tenía pensado que el chico era de esos torpes que no sabían hacer nada bien. Los movimientos de tanteo, se hicieron cada vez más rápidos. Algún que otro golpe se dieron, por supuesto, incluso uno de Heechul en la muñeca de Yun Hee que provocó una mueca de dolor. Sin embargo la chica no soltó la espada.

Sin darse cuenta, Heechul le estaba llevando hacia el lugar desde donde venía el sonido del baile. Una finta, otra, un giro rápido que hizo que el vuelo del abrigo dejara una pequeña estela tras de ella al alejarse de una espada que de ser de verdad seguramente la hubiera hecho un buen corte en la zona del abdomen. El duelo, que había comenzado con un juego, se había vuelto un tanto más serio en el momento en el que la chica estaba descargando todo su cabreo y toda su frustración.

La respiración de ambos estaba ligeramente agitada mientras se movían con rapidez por los pasillos. Si hubieran sido espadas de verdad se hubiera escuchado el sonido rítmico de los golpes, del metal chocando entre sí. Sin embargo no lo eran. Y Yun Hee lo agradecía porque podía descargar con más fuerza su cabreo sobre él sin preocuparse de que pudiera hacerle daño.

—Ohhh, si la niñita sabe cómo usar una espada.

La voz burlona de Heechul retumbó en el pasillo vacío mientras se acercaban peligrosamente al último lugar donde a Yun Hee le gustaría llegar así. El problema es que no estaba serena y ni siquiera se estaba dando cuenta por dónde iban. Y el chico estaba aprovechándose de eso. Como buen liante que era, había buscado una forma de entrar en el salón del baile que fuera diferente a lo habitual y como esperaba, ella le había dado la excusa perfecta.

“Un poco más” pensó mientras se movía hacia atrás con rapidez, esquivando las estocadas de la chica. Tenía que reconocerla que sabía lo que estaba haciendo y que si no fuera por sus clases de esgrima seguramente hubiera terminado con más de un golpe y con el ego por los suelos a los pocos minutos de empezar con aquel duelo.

Una risa divertida salió de sus labios mientras daba un golpe de tacón en la puerta y presionaba hacia atrás haciendo que se abrieran. La música y las luces les dieron de golpe mientras que en el interior el resto del instituto, o al menos los que habían llegado, se encontraban a lo suyo. La música del grupo de música no disimuló para nada su llegada ni tampoco la maldición que soltó Yun Hee cuando en un movimiento rápido comenzó a bajar la escaleras tras un Heechul que en un gracioso movimiento de pies descendía como si hiciera aquello todos los días.

Y por aquella noche… las leyendas de Jack Sparrow y de Mulán —con abrigo, eso sí — hicieron aparición en un salón de baile que todavía no se recuperaba del estallido que había tenido Ji Ae hacía unos minutos.