lunes, 25 de noviembre de 2013

Capitulo 3- Juegos nocturnos (part 8)

No había nada más terrorífico aquella noche que el sonido de las campanillas acercándose. YunHee se había quedado por completo paralizada. Y entonces fue cuando vio la figura acercándose por entre la neblina y los árboles. La oscuridad era prácticamente impenetrable por los rayos aquí y allá de la Luna Llena. Y las lejanas luces que venían desde la casa del Dream Team.

Vestido completamente de negro, no fue hasta que la luz de la luna llena se coló por entre los árboles que se dio cuenta de quién era la persona que se acercaba. Jung Min. Si por regla general tenía pinta de vampiro, en ese momento parecía que había salido directamente del libro de Bram Stocker o de las Crónicas de Anne Rice.

Y al ver la lenta sonrisa que apareció en sus labios no pudo evitar pensar en Lestat. Estaba delante del Príncipe Travieso.

Sin pensarlo, YunHee se puso a correr. Los terrenos alrededor de la casa del Dream Team no eran los más cuidados del instituto. Al contrario, parecía que se encontraba en mitad de un bosque. Detrás de ella escuchaba el sonido de las campanillas, el sonido de las pisadas, incluso le parecía escuchar el de la respiración. Saltó por encima de un seto y se precipitó hacia delante. Hasta que se dio cuenta de que había dado una especie de giro porque de pronto pudo ver la casa del Dream Team justo delante de ella.

Una vez más, aquella noche, se había metido en un lugar sin salida. La claridad no era lo suficiente como para poder ver por dónde iba por lo que prácticamente estuvo a punto de caerse, hasta el punto que se raspó las manos contra el suelo antes de levantarse con rapidez de nuevo.

Cuando quiso darse cuenta se encontró en una de las peores situaciones en las que podía estar. Jung Min delante de ella con una media sonrisa en los labios y la pared de la casa del Dream Team justo detrás. Quizá lo que más le molestó es que el chico se detuviera justo unos pasos antes de atraparla. Sentía que el corazón le latía a mil por hora y sin embargo parecía que él tenía todo el tiempo del mundo mientras se acercaba.




YunHee apoyó la espalda contra la pared y miró por un momento a su alrededor. Necesitaba recuperar el aliento que había perdido en una carrera a lo loco. Definitivamente lo que le había parecido de lo más interesante al principio, ahora se estaba convirtiendo en una noche de pesadilla.

Respirar, se tenía que concentrar en respirar, antes de poder pensar con claridad en cómo demonios salir de allí. Sin embargo, Jung Min no parecía que se lo fuera a poner fácil. Cada vez estaba más cerca. Eso sí, caminando con esa calma que hacía que se estremeciera todavía más. Una calma que hablaba de una tormenta posterior. Una calma que era solo aparente porque por sus movimientos podía notar que se encontraba en tensión y en su mente apareció la imagen de un felino justo antes del salto para cazar a su presa.

Y ella no quería convertirse en la presa de nadie. Bastante había tenido por esa noche.

—¿Te diviertes? —dijo por fin dijo la chica mirándole.

—Lo cierto es que sí. —respondió Jung Min deteniéndose a menos de dos pasos de ella. Si estiraba una mano seguramente la podría atrapar. —Toda esta noche ha sido de lo más entretenida. No sé por qué no hacemos más cosas de estas.

—Y yo que pensaba que estarías en contra de este tipo cosas…

—¿Por qué? Esto de la cacería ha sido… interesante y da muchas oportunidades.

Arqueó las cejas preguntándose qué era lo que tenía en la cabeza, qué era lo que había vivido en aquellas horas que llevaban jugando. Se preguntó si habría visto o escuchado algo que hubiera hecho que fuera más entretenida de lo debido la noche. Se perdió en la mirada oscura, que se encontraba anclada en la suya. Se permitió por un momento asomarse al abismo e intentar adentrarse en una mente que era demasiado complicada.

En un hombre que era tan hermético como el que tenía enfrente era imposible saber qué era lo que se cruzaba por su mente.

—Ya, supongo que te hará pensar que eres un verdadero vampiro. —bromeó YunHee siguiendo con una broma que en ese momento parecía una auténtica realidad.

Los labios de Jung Min se curvaron en una lenta sonrisa y finalmente los entreabrió deslizando la lengua por uno de sus colmillos.

—Así es… y mi parte vampírica está sedienta de sangre. —arqueó las cejas y dio un paso más hacia delante haciendo que YunHee se pegara por completo a la pared.

—¿Acaso tu anterior caza no te ha saciado?

—¿La de Leeteuk? —comentó divertido y arqueó las cejas. —Me temo que no, hay una sangre que me llama mucho más la atención esta noche.

La forma en la que la miró hizo que la chica sintiera un escalofrío deslizándose por su espalda. Respiró hondo por un momento y finalmente sonrió.

—Eres un vampiro raro, no siempre se puede probar sangre de ángel.

—Eso es lo que pensaba hasta ahora.

YunHee arqueó las cejas mientras miraba a Jung Min sin entender qué era lo que quería decir. Solo sabía que él cada vez estaba más cerca y que ella estaba cada vez más nerviosa. Se preguntó si podría esquivarlo si salía corriendo pero como si le hubiera leído el pensamiento el chico negó con la cabeza.

—Los dos sabemos que soy más rápido y que te podría volver a atrapar. —replicó el chico tan cerca de ella que YunHee se preguntó si sería capaz de notar la rapidez con la que latía su corazón. —Al final de todo soy un vampiro, ¿no?

—Vamos a dejar de bromear con eso. —YunHee frunció el ceño mirándole. —¿Por qué no me quitas el nombre? ¿Es algún tipo de juego psicológico para conseguir ponerme de los nervios?

—Aguafiestas. —bufó Jung Min, pero negó por un momento y entonces terminó de cruzar la distancia que los separaba hasta que prácticamente estuvieron pegados.

—Aléjate o te juro que te muerdo. —replicó la morena.

—Qué mala costumbre tenéis tú y tu amiga de morder, ¿eh? —comentó divertido, para después mover la mano hasta apoyarla justo a la altura de la cabeza de ella. —Lo cierto es que quiero solucionar antes una cosa.

—¿De qué hablas?

Jung Min no contestó. Se la quedó mirando a los ojos directamente y entonces alzó la otra mano. YunHee se movió inquieta pero durante un segundo la sujetó por el hombro antes de volver a subir la mano. La chica le miró sin entender demasiado bien qué era lo que se estaba proponiendo. Apretó los labios con firmeza y entonces le miró con claro gesto de perplejidad. Estaba notando los dedos de él en el moñete que sujetaba su pelo. Ese que tanto tiempo había costado a su madre hacer.

Lentamente, con delicadeza, y sin tirones, fue deshaciéndolo hasta que en un momento determinado pudo sentir cómo con un último tirón todo se liberaba y la oscura melena negra cayó, a su alrededor, como una cortina de seda negra.

—Así está mucho mejor. —llegó a escuchar la voz de Jung Min.

YunHee parpadeó durante unos segundos. Sin entender qué era lo que había pasado y por qué demonios Jung Min había hecho eso. En un gesto rápido apoyó las manos en el pecho de él y empujó hacia atrás. El chico que no se lo esperaba dio un par de traspiés separándose de ella y dándole el espacio que necesitaba.

—Pero… ¿qué es lo que haces? —preguntó sorprendida.

—Eso es lo que llevo yo preguntándome toda la noche, qué demonios es lo que haces siempre ocultándose detrás de esa apariencia de chico. —frunció el ceño y volvió a alzar la mano para sujetar uno de los mechones oscuros. —Y además no soportaba que tuvieras el pelo recogido de esa manera. No te queda para nada bien.

—¡Era bastante útil para que no me molestara cuando estaba en el juego!

Jung Min entonces hizo algo que no se esperaba para nada, uno de sus dedos se alzó y le dio un pequeño toque en la nariz con una sonrisa divertida.

—¿Quién dice que ya no estás dentro?

—¿Qué…?

—Me encantaría poder acabar contigo esta conversación en otro momento pero… —se inclinó ligeramente hacia ella. —No es el momento, ni el lugar… Ya bastante has tenido por esta noche, ¿o me equivoco?

—No sé a qué te refieres…

Sin embargo la mirada de Jung Min dijo mucho más que cualquier palabra, hasta el punto de ponerse completamente roja. Era una mirada por completo intensa. Una mirada que parecía que la atravesaba. De esas que indicaban que sabía mucho más de lo que debería y que sin embargo no iba a decirlo en voz alta.

—No desperdices esta oportunidad que te estoy dando. —se echó entonces hacia atrás dejándola el espacio que necesitaba porque durante todo ese rato parecía que no había sido capaz de respirar. —Nos vemos más tarde.

Jung Min entonces la sonrió, de esa manera que no sabía cómo interpretar, y como si fuera una sombra se alejó de allí, dejándola sola contra la pared, con su nombre todavía en su sitio, hasta que se fundió con las sombras de los alrededores de la casa del Dream Team.

YunHee apretó los labios sin saber qué pensar de lo que acababa de suceder. Es más. En esos momentos no sabía si estaba cabreada o no. Si estaba furiosa porque le había dejado ir de esa manera o incómoda porque parecía que el “vampiro” sabía mucho más de lo que debería. Se preguntó hasta qué punto y qué era lo que había visto. Y también las razones por las que la había dejado ahí sola.

Frunció los labios con gesto molesto. No le gustaba para nada todo aquello. Es más. Estaba convencida que le saltaría encima en cuanto apartara la espalda de la pared. Mirando a su alrededor, con cierto temor que hizo que apretara con fuerza los puños porque ella no era así, se apartó de la pared.

No era posible que estuviera cerca, ¿verdad? Ya se había ido, ¿no era cierto? Al menos no escuchaba para nada el sonido de las campanillas. Eso significaba que estaba lejos… o estaba en algún sitio cerca observándola. No lo tenía muy claro.

En ese momento hubo un anuncio que provocó que estuviera a punto de darse de cabezazos contra una pared: Ji Ae eliminada.

Con todo lo que había sucedido prácticamente se había olvidado de su mejor amiga. No había ido a buscarla a la piscina y ahora estaba eliminada.

—¡Oh! maldita sea, soy idiota.

Dio una patada contra el suelo, para salir corriendo, pero se tuvo que detener un poco más allá. El cambio de ronda había sido justo en el mismo momento que la eliminación de su amiga. Se detuvo para agacharse y ponerse las campanillas. Tenía que alejarse de allí como fuera.

En el instante en que les dieron permiso para comenzar a cazar ellos, YunHee salió corriendo. No se dio cuenta, sin embargo, que no muy lejos de allí Jung Min la siguió con la mirada antes de meterse entre las sombras de nuevo para alejarse de allí.

Ya no eran demasiados los que estaban dentro del juego. Y tenía que pensar la forma de encontrarse con los que quedaban de entre los suyos para de esa manera poder tener alguna oportunidad. Su hermano todavía no había sido eliminado.

Lo que significaba que se lo podría encontrar en cualquier momento.

Se movió por entre los árboles, en el camino que llevaba directamente hacia el terreno delante del instituto. Ella se había alejado, pero con suerte quizá pudiera encontrarse con alguien por allí. Sino haría una ronda rápida por los alrededor, ya fuera para encontrarse con los que quedaban de su equipo o con los del contrario.

Estaba deseando terminar con todo aquello. Estaba siendo una noche demasiado extraña y diferente a lo que normalmente vivía. Quizá pudiera encontrarse con su hermano antes de terminar. Quizá pudiera descargar con él toda la frustración que tenía porque YunHo lo aguantaría, no preguntaría, y no tenía miedo de hacerle daño.

Por regla general nunca se enfrentaban cuando estaban con el estado de ánimo alterado. Y la razón era porque por mucho que se supieran controlar, ambos tenían un carácter demasiado explosivo. El patio estaba completamente vacío. Eso hizo que frunciera el ceño. A simple vista no había nadie a su alrededor.

Lo que ponía todos sus sentidos en tensión. Era un momento bastante escalofriante. Era como si estuviera en un colegio fantasma donde en cualquier momento cualquiera de las múltiples leyendas que tenían sobre ese tema aparecerían arrastrándose o con el pelo negro y largo sobre la cara.

No le gustaría para nada encontrarse con Sadako.

Se estremeció solo de pensarlo. Intentando evitar esos pensamientos se dirigió hacia la zona delantera del edificio principal. No sabía si habría alguien o no pero… por intententarlo no pasaba nada.

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