lunes, 24 de junio de 2013

Capiutlo 1.1 (Parte dos)

YunHee había hecho lo mejor que se le daba hacer cuando se encontraba ligeramente cabreada: escribir. La suerte de tener varias historias en su mente era que se podía trasladar de una a otra con facilidad. O al menos según la inspiración de cada momento. Como estaba cabreada, no con Ji Ae, ni con su hermano, sino con el tipo raro que se había encontrado nada más llegar a la escuela esa mañana, se dedicaba a escribir escenas de acción de un fanfic de temática sobrenatural que tenía.

Muy pocas personas sabían que detrás de DarkRose se encontraba ella. Había conseguido, sin proponérselo en realidad, que varias de sus historias fueran bastante conocidas y que tuvieran las suficientes lectoras —y algún que otro lector — para que le impulsara a seguir con esa afición que tanto le gustaba.

El problema fue que cuando alzó la mirada del ordenador, con las gafas deslizándose ligeramente por su nariz, se encontró con que estaba sola en el cibercafé. Era un problema que tenía; cuando se ponía a escribir el tiempo pasaba y no se daba cuenta de dónde se encontraba. Ni siquiera el hambre la arrancaba de su asiento cuando las Musas susurraban a su oído.

Cuando había bajado de darse una ducha, vestida con unos pantalones negros con una sucesión de roturas en la parte delantera y una camiseta de tirantes del mismo color, Ji Ae ya no estaba. Se imaginaba, que como siempre, se habría ido con Yonghwa al bar. El ruido del resto del grupo le había hecho aislarse en un rincón, en ese sitio en el que siempre se resguardaba cuando quería escribir. Estaba atrás del todo en una esquina, contra la pared.

Era una buena forma de mantener la privacidad. Solo Ji Ae sabía que detrás de DarkRose se encontraba la tímida YunHee. Para el resto del mundo estaba escribiendo cualquier cosa o jugando o haciendo trabajos de clase o mil cosas mal.

Volvió a bajar la mirada a la pantalla del ordenador. Se le hacía raro no escuchar los sonidos de la gente jugando. Aunque la mayoría de las veces trabajaba con los cascos puestos. De repente sintió una presencia delante del ordenador y cuando volvió a alzar la mirada se encontró con una lata de refresco y al mirar un poco más allá con la mirada profunda de Yoochun, el hermano de su mejor amiga.

—Oh, gracias. —comentó mientras se quitaba los cascos y le sonreía.

—¿Qué haces? Estabas tan concentrada que ni siquiera te has dado cuenta cuando se han ido los demás.

—Emm, en realidad nada de importancia. —sonrió con nerviosismo mientras se movía para cerrar en una sucesión de clics lo que estaba haciendo.

—Pues para no ser nada estabas muy concentrada. —el chico apoyó los brazos en la mampara que separaba los ordenadores entre sí y se echó hacia delante mirándola con intensidad. —¿No tenías que ir al bar con Ji Ae?

—Oh, es verdad y tengo que invitar a los chicos a helado de plátano. —arrugó la nariz por un instante y se incorporó, cogiendo la cazadora negra que estaba en el respaldo para ponérsela. —¿Tú vienes también?

—Qué remedio... Ji Ae me ha llamado para que lleve unas cosas que ha traído como regalo y además no puedes irte sola hasta allí de noche.

—Ni que me fuera a pasar nada.

El chico arqueó entonces una ceja y chasqueó la lengua. En ocasiones la amiga de su hermana hacía ese tipo de comentarios y se preguntaba si ella misma se consideraba una chica o no. El cabello oscuro y rebelde la caía como una cascada por su espalda cuando se giró y agachó para tomar la bandolera que solía usar como bolso.

—¿Nos vamos entonces?

Yoochun asintió. Solo tenía que cerrar la puerta una vez que salieran. La chica abrió la lata para ir dando pequeños sorbos mientras se dirigían hacia el bar. La verdad es que tampoco sabía muy bien qué decirla. Siempre había estado por casa, al menos desde que ella y Ji Ae se habían hecho amigas. Por casa también implicaba el cibercafé. Era como tener dos mellizas que siempre estaban juntas.

Pronto estuvieron andando por las calles en dirección al “Haru Haru”. Yoochun caminaba con la caja de cerveza procedente de JeJu y YunHee lo hacía a su lado dando sorbos de la lata. La situación quizá podía resultar extraña: Yoochun tenía fama de ser extrovertido, cuando quería, de hablar tanto con hombres como con mujeres. Y en ocasiones de ser un casanova. O al menos de saber cómo tratar a las mujeres.

Y sin embargo allí estaban los dos, callados. YunHee se mordisqueó ligeramente el labio inferior. Siempre le sucedía eso cuando estaban juntos: era incapaz de hablar. Se convertía en una especie de tonta que solo sabía mirarse a la punta de los pies. No había que ser muy inteligente para descubrir la razón. YunHee siempre había tenido facilidad para hablar con los chicos, más que con las chicas. Quizá fuera porque estaba acostumbrada a Yunho y a sus amigos. A que estuvieran siempre por casa.

No estaba muy segura tampoco. Se apartó un mechón de cabello oscuro que caía sobre su casa y frunció el ceño un poquito más. También era cierto que ella no era precisamente la sociable. Ese papel lo tenía Ji Ae. Aunque ella pudiera salir en defensa de su amiga, no era la primera en hablar por regla general. Quizá fuera porque en su cabeza existía tantos mundos, tantas historias, tantos personajes que no necesitaba más compañía.

—¿Qué has hecho este verano?

La voz profunda de Yoochun hizo que estuviera a punto de tropezar. Se encogió de hombros por un momento.

—Lo de siempre cuando voy a Mokpo... estar con la familia, leer, dar paseos y poco más.

—¿Y no has conocido a nadie interesante? —preguntó con toda tranquilidad el chico mientras cambiaba la caja de posición.

—¿A nadie...? —YunHee repitió sus palabras y alzó el rostro hacia él. —¿Me estás preguntando si he ligado este verano?

—No quería ser tan directo, pero sí. —sonrió por un momento de medio lado y miró hacia el frente. —Por sacar algún tema de conversación.



La chica le miró por completo sorprendida. No se esperaba que fuera a hacerle una pregunta como aquella. Es más, a veces creía que Yoochun ni se daba cuenta de su presencia. Aunque si tenía que ser racional, ahora mismo solo estaban ellos dos y el silencio no era precisamente cómodo. Sin embargo, una pequeña arruga apareció en la frente de la chica, una arruga provocada por el ceño fruncido.

—No creo que sea de incumbencia. —respondió la chica, mirándole de reojo, para después seguir andando un poco más rápido. —¿Te gustaría que te preguntara si has ligado en estos meses?

—A mi no me importa decírtelo. —Yoochun sonrió de medio lado y se puso de nuevo a su lado. —¿Este arranque de mal genio significa que no lo has hecho? ¿No había ningún chico que te llamaba la atención o es que no te has atrevido a decir nada?

—¿Sabes que esto es muy raro? —preguntó YunHee deteniéndose con la lata en la mano y girándose para mirarle de frente. —Eres el hermano de mi amiga, pero no somos amigos, así que... ¿por qué tienes curiosidad por eso?

—Acabas de herirme profundamente. —ironizó el chico moviéndose hacia delante, inclinándose hacia ella debido a su altura mayor mirándola a los ojos. —Y yo que pensaba que éramos los mejores amigos del mundo... —una sonrisa de medio lado apareció de nuevo en sus labios y se incorporó. —Como ya te he dicho, era solo para romper el silencio. No tengo mayor interés en si estás con alguien o no. Para mi no eres más que la mejor amiga de mi hermana pequeña.

Y con estas palabras, Yoochun se movió para esquivar a la chica y pasar a su lado en dirección hacia el Haru Haru. YunHee se quedó durante unos segundos quieta, apretando la lata de refresco. Era una idiota, porque realmente era lo que se había esperado y sin embargo, algo había hecho crack en su pecho. Respiró hondo por un momento y se movió para girarse. Durante unos segundos estuvo tentada de lanzarle la lata a la cabeza, pero controló su forma de ser porque podría hacerle daño. Al pasar junto a una papelera lo lanzó y se apresuró para ponerse de nuevo al lado del chico.

—¿Realmente solo soy la amiga de tu hermana pequeña? —preguntó entonces, con las manos hundidas en los bolsillos de la cazadora. El chico giró por un momento la cabeza y frunció el ceño.

—¿En realidad no somos amigos?

YunHee se lamió los labios que de pronto se habían quedado secos. Así era siempre con Yoochun. Le había lanzado de vuelta la pelota a su tejado, sin ningún problema. Y de nuevo la había dejado sin saber muy bien qué contestar. Y el chico lo sabía, por supuesto. Esa media sonrisa que apareció en sus labios lo indicaba totalmente. Una media sonrisa que decía que le encantaba convertirla en una especie de ameba sin capacidad de habla.

—Eres idiota.

Y allí estaba la locuaz YunHee haciendo acto de presencia. Yoochun solo se echó a reír y sabía que si no hubiera tenido las manos ocupadas le hubiera revuelto el pelo como siempre hacía. Y tanto le molestaba, porque YunHee no tenía cinco añitos para aceptar algo así. Resopló y aceleró el paso provocando que Yoochun tuviera que andar un poco más rápido con la caja de cervezas.

—¡Oye! ¡Que esto pesa!

—¡Te viene de perlas hacer un poco de ejercicio! —le gritó por encima del hombro. —¡Y dejar de vaguear todo el día!

YunHee sonrió para sí, porque escuchó al chico refunfuñar y esa era en parte su venganza. No quedaba mucho para llegar al Haru Haru y esperaba que en el momento que cruzara esas puertas todo volvería a ser como siempre. Y “como siempre” se refería a que estaría tanta gente conocida, tantos amigos, que se olvidaría de la presencia de Yoochun... todo lo posible al menos. Además tenía a tres pequeños monstruitos que le pedirían, seguramente, el helado de plátano en el momento en el que pusiera un pie dentro de aquel lugar.

—¡Yah!

El grito de indignación de Yoochun le llegó alto y claro, no pudiendo remediar una carcajada cuando al girarse pudo ver que había acelerado lo suficiente como para haberlo dejado a varios pasos por detrás. Era un espectáculo de lo más divertido.

—¿Te hace gracia esto? ¿Tendría que haberte hecho a tí cargar con la caja? —refunfuñó Yoochun mientras se acercaba a ella.

YunHee no pudo por menos que echarse a reír divertida de nuevo. Esa era su pequeña venganza y se lo estaba pasando francamente bien. Incluso fue andando hacia atrás dando pequeños saltitos. Algo peligroso considerando que podría chocar con cualquier cosa, pero no le importaba. La cara de sufrimiento de Yoochun era lo mejor en esos momentos.

—La verdad es que un poquito. —alzó una mano y separó apenas dos dedos. —Eso te pasa por preguntar lo que no debes.

—¿Vas a seguir recordándomelo?  — bufó por un momento y se movió acercándose más a ella porque la chica se había detenido a unos pasos de la puerta del Haru Haru. —Prometo no volver a hacerte preguntas personales y bla bla bla.

—De acuerdo y yo prometo no volver a decir que no somos amigos. —la chica esperó a que el chico estuviera a su lado. —Te haría hacer una promesa de meñique pero me da que si quitas una mano de esa caja se caería todo, ¿no?

—Pesa mucho más de lo que piensas, enana. —Yoochun suspiró por un momento y miró hacia la puerta del local.

Desde el interior se podía escuchar la música. Era la primera vez que iban a verlos actuando en el local, en plan bien, más allá de los ensayos. Eso hacía que YunHee tuviera curiosidad. Conocía bien al grupo de música. Quizá no tanto como podía hacerlo Ji Ae porque tenía una conexión mucho más fuerte con Yonghwa, pero entre unas cosas y otras había terminado por conocer a todo el grupo. Aunque seguramente no fuera más que una pequeña sombra que estuviera por allí.

Era lo bueno del cibercafé, se imaginaba, que antes  o después todos pasaban por allí.

— A que esta enana no te abre la puerta... —comentó YunHee mirándole por un momento.

—Si te portas bien, te invito a algo cuando entremos y deje esto.

—No me lo creo. — la chica sonrió mirándole. — En el momento en el que entremos, si hay alguna chica, te olvidarás.

Y sin decir nada más, se dirigió hacia la puerta. Y es que era algo que YunHee sabía perfectamente: podría hablar con Yoochun cuando no había nadie más cerca, pero en el momento en el que hubiera otra chica o alguno de sus amigos, ella simplemente desaparecía. Y era bueno que lo supiera, porque de esa manera no se haría ilusiones tontas.

1 comentario:

  1. Uys, Yoochun, serás un casanova pero no sabes tratar a las mujeres que realmente lo valen!!! >33<

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