domingo, 27 de octubre de 2013

Capitulo 3- Juegos Nocturnos- Parte 4

Dejó que Yunho se agazapara detrás de los arbustos antes de comenzar a moverse con la agilidad de un felino hacia allí, procurando llegar desde la parte de atrás. Sabía que cogerle por sorpresa era la única oportunidad que podría tener para conseguir eliminarlo. Había claras diferencias entre ellos. La primera de ellas era el tamaño. Comparada con él YunHee era prácticamente una muñeca. Eso implicaba que también tenía mucha más fuerza y lo sabía de primera mano: no sería ni la primera ni la última vez que había terminado con algún moratón por jugar con él.

Llevaban años haciéndolo.

Eso también le daba algunas ventajas y era sobre todo que si le iba a pillar por sorpresa. Los movimientos de YunHee eran delicados y silenciosos. Respiró hondo por un momento y justo cuando estaba a punto de lanzarse contra su espalda YunHo se giró. Ambos hermanos se quedaron mirándose a los ojos durante unos segundos.

—Ya tardabas. —comentó el chico mirándola mientras se incorporaba lentamente. —¿Y vienes tu sola?

—Por supuesto, no necesito a nadie para cazarte.

YunHo la miró, sonrió de medio lado y salió disparado entonces. La chica le siguió entonces, en una persecución que  les llevó a recorrer buena parte de las instalaciones, pasando por la pista de baloncesto en el camino. Sin darse cuenta de que allí había otra figura agazapada entre las sombras.

Se dirigían directamente hacia los terrenos que llevaban hacia la casa del Dream Team, ligeramente alejada. Sin embargo, cuando estaba a punto de lanzarse en una carrera más rápida para conseguir alcanzarle, un brazo tiró de ella para apartarla del camino provocando que estuviera a punto de caer y soltara una maldición que hizo que Yunho se girara para mirarla.

Lo último que vio antes de que medio la arrastraran fue una sonrisa de su hermano que se esfumó en las sombras. Al girarse para ver quién demonios había sido el inutil que la había agarrado se dio cuenta de que se trataba de alguien con el que ya se había encontrado aquella noche.

—¿Pero qué demonios haces? — explotó mirándole con el ceño fruncido.

—¿Y tú? ¿qué haces siguiéndole? ¿y si se gira y te atrapa? —preguntó el chico al tiempo que se movía inquieto haciendo que un cascabel que llevaba sonara de forma rítmica.

—Nos tocaba atacar a nosotros. —susurró furiosa y frunció los labios. —¿Y qué demonios haces todavía disfrazado?

—¿Acaso no me queda bien?

—Yesung… eliminado. Moon Geun Yeong… eliminada.

Se había escuchado con claridad por todo el terreno, se ve que utilizaban lo mismo que en las fiestas cuando se ponía música. YunHee respiró hondo. Por un lado estaba aliviada: eran dos menos del equipo contrario, pero por otro lado se sentía un poco mal por Yesung. Se preguntaba quién los había eliminado. Se revolvió ligeramente y después miró hacia Heechul que sonreía delante de ella.

—¿Y así piensas cazar o esconderte? ¡Si vas haciendo ruido! ¡Y además se ve a leguas que eres tú!

—Te lo estás tomando demasiado en serio cuando esto es un juego. —replicó Heechul mientras la miraba con una media sonrisa en los labios. —¿Qué vamos a hacer ahora?

—¿Cómo que qué vamos a hacer? Yo voy a ir a cazar, tú no sé lo que harás.

Y con las mismas, YunHee se puso de nuevo en movimiento. Heechul sonrió de medio lado antes de moverse para ponerse a su lado con unos movimientos rápidos y la detuvo sujetándola por el hombro, inclinándose hacia delante hasta que tenía el rostro muy cerca del suyo.

—¿Estás enfadada porque te gané en el duelo?

—No, no lo estoy.

—Pero estás de morros. —rió divertido y la miró a los ojos directamente. —No hubieras podido cazar a tu hermano aunque no hubiera intervenido.

YunHee apretó los puños con fuerza mientras miraba a Heechul y se apartó deshaciéndose de la sujeción de su hombro. En un movimiento fluido se detuvo delante del chico que le miraba de forma insolente mientras ladeaba el rostro y arqueaba de nuevo las cejas. Le quedaba demasiado bien el papel de Jack Sparrow, incluso era capaz de imitar sus movimientos y sus gestos.

—¿Y tú cómo demonios lo sabes? —preguntó completamente indignada. —¡Si no me hubieras detenido seguramente ahora tendríamos una amenaza menos para nuestro grupo!

—¿Y eso es lo que realmente te importa? ¿O hay otra cosa? —preguntó mientras le miraba con una media sonrisa.

—¿A qué te refieres?

—Yo creo que es más bien un problema de egos enfrentados… —de nuevo se inclinó hacia delante, hasta que sus narices estuvieron a punto de rozarse. —Y nos habéis metido a los demás en esta guerra de hermanos.

—¡Tú no sabes nada!

—¿De verdad?

YunHee se apartó de nuevo de él, volviendo a sentir la furia que había sentido al inicio de la noche. Pasó a su lado prácticamente chocando su hombro con el suyo y anduvo unos pasos hasta que se dio cuenta de que el chico la estaba siguiendo. Decidió que lo mejor era ignorarlo o se pondría de peor humor. Se mordió con fuerza el labio inferior mientras escuchaba sus palabras. ¿Era verdad que era una especie de lucha de egos entre ellos dos? Si tenía que ser sincera lo cierto es que era algo parecido.

Se detuvo para mirar a su alrededor. En principio no parecía que hubiera nadie, pero tenía que controlar el tema del tiempo. El susto que se habían dado con MinHo no quería volver a repetirlo cuando hubiera un cambio de tiempo. Y la verdad es que tenía el corazón a mil por hora. Además sabía que YunHo podría volver a aparecer en cualquier momento. Se dirigió entonces hacia la zona de las cancha de los diferentes deportes.

Con suerte en algunas de las gradas podría encontrar a alguien. Heechul seguía caminando a su lado con tranquilidad, mientras sonreía de medio lado. Verla de esa manera, furiosa, era algo que le encantaba. Además que era demasiado fácil enfadarla. Era como si pudiera encontrar todos los resortes para que pasara eso.

Las gradas estaban vacías. Al menos a simple vista. Entrecerró los ojos ligeramente mientras se acercaba hacia ellas con Heechul en sus talones. El movimiento tintileante de la ropa del pirata provocaba que tuviera que apretar con fuerza los puños. No le gustaba para nada la sensación de que la siguiera.

—¿Vas a seguir mucho tiempo así? —le susurró sin siquiera girarse. Le había parecido ver algo que se ocultaba en la zona de debajo de las gradas.

—Hasta que me aburra. —replicó Heechul en voz alta.

—Shhhhhhh

YunHee se llevó un dedo a los labios para hacerle callar y después sigilosa como un gato se acercó hasta la zona de las gradas. El corazón le latía con rapidez y la sensación de que había alguien ahí escondido se incrementó. Se lamió los labios que tenía resecos y cuando estaba a punto de asomarse una figura estuvo a punto de pasar por su lado.

Fue un acto reflejo por completo el que le hizo estirar la mano para sujetar el brazo, que agarró tela, aunque la fuerza de la persona que no había reconocido por el momento la movió unos cuantos metros mientras intentaba afianzar los talones en el suelo.

—¡Heechul! —gritó y cuando alzó la mirada se encontró con una mirada que hubiera reconocido en cualquier lugar: Yoochun.

Ambos se quedaron mirándose durante unos segundos y el chico aprovechó ese momento para soltarse. Fue entonces cuando una segunda figura, femenina en este caso, salió de las gradas provocando que YunHee sintiera una presión en el pecho que no terminaba de comprender. En esta ocasión fue Heechul el que salió corriendo —o algo parecido, porque YunHee estaba convencida de que lo que él hacía no era correr, sino deslizarse en una imitación perfecta del pirata del que estaba disfrazado — y unos segundos más tarde la tenía sujeta.

YunHee no lo pensó, salió corriendo para ayudar a su compañero. No quería pensar la razón por la que Yoochun y esa chica estaban juntos, escondidos en un lugar completamente a oscuras. Cuando estaba a punto de sujetar la pegatina con el nombre, tras reconocer de quién se trataba y soltar un bufido, notó unos brazos que la sujetaban por la cintura y la alzaban como si no pesara absolutamente nada.

—Ah ah, nada de eso. —susurró la voz de Yoochun en su oído, esa voz profunda que la provocó un escalofrío de arriba abajo.

—¡Suéltamente! —exclamó revolviéndose intentando soltarse de la presa.

Durante unos minutos fue una lucha entre los cuatro. Al final YunHee no se lo pensó demasiado cuando le soltó un pisotón que hizo que Yoochun soltara una exclamación y aflojara la presa. Momento que ella utilizó para deshacerse de él e ir a ayudar a Heechul, sujetando a Han Eun Jung.

El sonido de la pegatina despegándose se escuchó con toda la claridad del mundo cuando una de las manos de Heechul sujetó y tiró con fuerza.

—Han Eun Jung… eliminada.

—¡Jo! ¡No es justo! ¡Sois dos contra una! — dijo la chica apretando los labios e inflando los mofletes.

—No dice nada en las reglas. —Dijo YunHee mientras se giraba buscando su siguiente presa.

Yoochun no estaba demasiado lejos, pero entonces pasó lo que no se esperaba y por lo que había estado temiendo: el aviso de cambio de tiempo.

Se miraron entre sí. La mirada de Yoochun era intensa, peligrosa… oscura. Y no le gustó ni un pelo. Se agacharon para hacer el cambio: quitarse las campanillas unos, ponerse las campanillas el otro. El cambio de las pegatinas que indicaba quién era el cazador y quién los cazados.

En el momento en el que hubo el aviso del cambio de tiempo, Yoochun se lanzó directo hacia el chico que acompañaba a YunHee. Por alguna razón que no terminaba de entender le había molestado que fuera con él. Y más después de la escenita del salón. ¿Por qué tenía que ser él? En un arranque de velocidad y fuerza, unido a su capacidad para las artes marciales — aunque cualquiera lo diría considerando que se pasaba gran parte del tiempo medio dormido— Yoochun le quitó la peganita en un movimiento rápido y certero.

—Heechul… eliminado.

YunHee apenas había tenido tiempo de ver la escena, antes de que Yoochun se girara hacia ella. Y saliera corriendo directo hacia ella. La chica no se lo pensó y subió con rapidez por las gradas para atravesarlas en dirección contraria. Necesitaba un lugar donde esconderse o mantenerse a buen recaudo hasta el siguiente cambio de tiempo. El corazón le latía a mil por hora porque no esperaba que la perseguiría de esa manera.

Bajó un par de gradas prácticamente saltando y unos segundos después sintió las pisadas de Yoochun detrás de ella. Intentó controlar la respiración como le había enseñado su hermano, para no quedarse sin aliento antes de poder conseguir un lugar donde esconderse. ¿Pero dónde podía ir? ¿Dónde podría darle esquinazo?



Sin pensarlo demasiado se dirigió hacia el edificio principal. Sabía que podría encontrarse de frente con alguien del equipo de Yoochun pero si conseguía llegar a ciertos lugares… quizá pudiera mantenerse hasta el siguiente cambio de turno. Se deslizó por entre los caminos del jardín y suspiró brevemente, durante un segundo, al ver el edificio justo delante de ella. Sin embargo Yoochun no pensaba ponérselo tan fácil.

Sintió un tirón del brazo que la giró por completo y quedaron cara a cara. YunHee buscó soltarse, pero en ese primer momento no lo consiguió.

—Te cacé. —susurró mirándola.

—Suéltame antes de que te haga daño.

Yoochun sonrió de medio lado. Por alguna razón que prefería no pensar sentía que estaba enfadado o molesto, no lo tenía demasiado claro. Apretó con un poco más de fuerza la muñeca de la chica sin pensar que podría hacerla daño. Y YunHee ni siquiera se inmutó. Estaba pensando la forma de soltarse del agarre.

—No soy tan fácil de derrotar como piensas, YunHee-ah… —comentó Yoochun tirando de ella hacia él.

Entonces la chica supo por qué demonios era tan peligroso. Y por qué tenía la fama de casanova que tenía. Era por ese tono de voz que había bajado y que provocaba escalofríos. Por esa mirada intensa por la que parecía que solo existía ella. Por la fuerza y la calidez que desprendía en esos momentos. Por sus labios. Por la forma en la que había pronunciado ese apelativo cariñoso.

Durante unos segundos YunHee bajó todas las defensas. Simplemente se quedó en blanco. Su mirada solo podía quedarse anclada en la de Yoochun. Y gracias a eso fue cuando vio un ligero cambio en la expresión del chico. Fue apenas unos instantes, pero los suficientes como para darse cuenta de lo que intentaba hacer cuando estiró la mano para sujetar el nombre que estaba en su espalda.

La chica se revolvió, consiguiendo zafarse del agarre y movió la muñeca para intentar salir de la situación. Fueron unos segundos antes de conseguir soltarse del todo y salir corriendo de nuevo, con Yoochun detrás, hacia el interior del edificio.

Entró como un auténtico vendaval en los pasillos, dirigiéndose directamente hacia el único lugar que se le ocurría para poder sobrevivir hasta el próximo cambio de turno: los baños de chicas. Mentalmente iba rezando para no cruzarse con nadie por el camino, para que no apareciera Yunho o cualquiera de los miembros del otro equipo.

Cuando entró en los baños femeninos, entró con rapidez en uno de los compartimentos individuales y apoyó la espalda contra la puerta. Yoochun no se quedaría quieto y lo sabía. Pudo sentir la presión contra la puerta.

—¡Abre! —exclamó Yoochun.

—¿Tú crees que soy tonta?

Tuvo que anclar bien los pies antes de conseguir girarse para, apoyando todo su peso en la puerta,conseguir poner el pestillo.

—¿Qué demonios hacías con ese tío? —escuchó la voz de Yoochun mientras intentaba abrir la puerta de nuevo. —Y a solas.

—No creo que te importe.

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